No es un partido cualquiera, no son 3 puntos, no son solo 90 minutos, es algo más, es un sentimiento mucho más profundo, es algo que genera todo tipo de emociones en los aficionados de estos dos equipos, los dos equipos más “grandes” de todo el futbol mexicano.

Un partido que se vive diferente, en el cual cada uno de los 22 jugadores que salen al campo, saben que es otro partido, saben que se tiene que jugar de otra manera, meter la pierna enserio, demostrar que eres capaz de vestir la camiseta de alguno de estos dos equipos, estos equipos que marcaron época dentro de nuestro futbol de nuestro país.

El América y el Guadalajara, estos dos equipos que ya tiene una rivalidad histórica, que trasmite todo tipo de emociones, no hay nada como ver a tu equipo ganando su clásico, ver la cara de tu rival, verlos derrotados, caídos, y saber que tu equipo es mejor, es superior y lo demostraron dentro del campo.

Todo es diferente, es un Clásico Nacional, es matar o morir, es el partido que todo jugador quiere disputar, es el momento de demostrar, de matarte por el escudo que defiendes. Es un sentimiento diferente, los aficionados lo viven diferente, los entrenadores lo viven diferente, los jugadores, utileros, jardineros, cocineros, todos, porque es ese partido que especial. 

Los 22 guerreros se dejan la piel en la cancha más que nunca, para hacer sentir orgullosa a su afición, para demostrar que eres el equipos más “grande” del país, para demostrar que eres mejor, que eres más que ellos, para ver las caras de cada uno de tus aficionados sonriendo y disfrutando de una manera que no se puede explicar, porque no es un partido normal, es el Clásico Nacional y despierta un sentimiento especial.