Aún recuerdo la emoción de mi primer día en VAVEL México, hoy es un sueño cristalizado con mucho crecer, siempre para ser mejor cada día.

Hace cinco años buscaba una oportunidad, mi sueño ya latía fuertemente pero al no tener experiencia las puertas se cerraron. Días después un siete de febrero encontré un tuit de la que ahora es mi casa.

Un día como hoy pero hace cinco años se juega un San Luis - Puebla de primera división y si, era mi primer partido, la primera vez que iba a escribir una crónica y eso llenaba mi corazón de alegría, una felicidad que poco podría describir.

Por primera vez pisé un estadio de manera diferente y aunque no me fue nada bien, todo quedaba a un lado para comenzar a escribir mi historia, que pese a lo que en algún momento han podido decir de mis relaciones personales, créanme que eso no ha sido fácil, lejos de regalarme algo me ha costado el doble o más pero he salido adelante de todo.

A través de estos años he vivido miles de cosas, VAVEL México me dio un granito de arena para construir un castillo de la mano de Alan Nuñez, mi jefe, juntos decidimos que haríamos de VAVEL algo grande, DIFERENTE, comenzamos a buscar acreditaciones, unas nos costaron más que otras pero a hoy somos un medio consolidado.

Es increíble voltear y ver que ya pasaron cinco años, que ese castillo crece cada día más. Hemos visto llegar e ir mucha gente, algunos dejando más huellas que otro pero de todos se ha aprendido.

VAVEL ha sido mi refugio y la plataforma de mis sueños, por eso no puedo dejar de agradecer al creador de todo esto, Javier Robles, quien ha dejado que Alan y yo soñemos libremente, siempre contando con su respaldo.

A lo largo de estos años he conocido gente que ha marcado mi vida, he vivido la emoción de lo que causan ciertas notas, también ha habido lágrimas o angustias pero siempre consiente que mientras diga la verdad puedo publicar lo que yo quiera, la meta es ir por la calle viendo de frente a quien sea.

Mi mamá ha sido parte fundamental de esto, ha tenido que aguantar todo: mis risas, ha secado mis lágrimas pero cuando no puede llora conmigo; también ha disfrutado y tiene que aguantar que le lea diez veces o más la misma nota antes de sacarla.

A últimos meses la vida me ha enseñado muchas cosas y hoy más que nunca agradezco a la vida voltear y ver lo lejos que he llegado, hoy mi castillo de arena me llena de orgullo.

Sin duda he sido muy afortunada, agradezco de nuevo a los que siempre han estado, a los que se fueron también porque estaban de sobra, a los que me han seguido y leído en estos años.

¡Gracias por vivir mi sueño de vida hecho realidad!