Nuevos dueños, nueva directiva, nuevos patrocinadores, pero sobre todo, nuevos jugadores. Todo parecía positivo en el Club Puebla para el Clausura 2018.

En las nuevas caras del equipo figuraban, Anderson Santamaría, seleccionado peruano procedente del Melgar, Christian Tabó, experimentado charrua que que llegó directo del Atlas, Omar Fernández, volante colombiano procedente del fútbol inca, Nicolas Vikonis, nuevo meta del cuadro enfranjado que arribó directo desde Millonarios, pero ningún nombre sonó más que el de Alejandro Chumacero, seleccionado boliviano que llegaba como flamante goleador de la Copa Libertadores. En Puebla había ilusión.  

El buen fútbol reinó durante el inicio del torneo, 3 victorias en 5 partidos auguraban un buen certamen para los de la Angélopolis. De estos triunfos destaca los conseguidos en contra de Tigres, el actual campeón y Chivas. La localía se convirtió en uno de los puntos fuertes del equipo. El descenso poco a poco se volvió cosa del pasado. En Puebla se soñaba con liguilla, instancia que no se alcanza desde aquel 2015 de la mano de Pablo Marini

La debacle se dio tras el partido en contra de Monterrey, el cual se ganó 1-3. A partir de ese instante el Puebla se vino abajo, con una racha de 5 derrotas seguidas, la liguilla se volvió un sueño difícil de alcanzar. La ilusión de entrar a la fiesta grande del fútbol mexicano se mantuvo hasta la última fecha, gracias a las victorias en contra de América y Lobos, la vela continúo encendida. Lamentablemente las combinaciones de resultados no beneficiaron a los de la Franja. Los jugadores sabían que pudieron haber cambiado la historia. 

La sensación amarga, queda. Pero en el fondo fue un buen torneo. Se cosecharon 23 puntos. Se salvó la categoría, el cual siempre fue el objetivo principal. Los refuerzos dejaron buenas sensaciones y la identidad del equipo poco a poco regreso gracias a la buena gestión de la directiva. Sin duda el Apertura 2018 será un torneo en el que la Franja querrá ser protagonista

Los destacados: 

Lucas Cavallini: El goleador canadiense cosechó un total de 9 goles que lo convirtieron en el máximo anotador del equipo. Su esfuerzo y  entrega en cada juego quedaron marcados en los aficionados de la Franja.

Alejandro Chumacero: ¿Adaptación? Prácticamente no la necesitó, desde el primer partido que disputó en el fútbol mexicano demostró su buen juego. Sacrificio es el mejor adjetivo que describe al sudamericano. Se convirtió en el mariscal del equipo. 

Brayan Ángulo: El mejor jugador de la temporada 2017-2018 del Puebla. Desde el torneo pasado demostró sus características: verticalidad, drible, recuperación, asistencia y gol. El lateral colombiano aportó eso y más durante el año futbolístico. 

Los que quedaron a deber: 

Jorge Enríquez: "El Chatón" comenzó el torneo como titular, pero poco a poco perdió el puesto debido al bajo nivel que presentó. Sin duda el campeón olímpico no demostró ser ese escudo en el medio campo que se necesitaba el Puebla.

Christian Tabó: El atacante uruguayo llegaba para ser el socio de Lucas Cavallini en la delantera Camotera. 1 gol y 1 asistencia en 492 minutos fueron los números del futbolista a lo largo del torneo. Algo pobres para un jugador de su categoría. 

Mattheus Ribeiro: El lateral derecho prácticamente no tuvo participación en el certamen. Con un total de 72 minutos en el Clausura 2018, el brasileño no pudo demostrar sus cualidades en una posición que parecía estar asegurada para él.