Miguel Layún es un jugador incondicional no sólo en la lista de Selección Nacional, sino también en el once titular. Un mexicano en toda la extensión de la palabra. Se ha ganado su lugar con base a trabajo, sacrificio y humildad. Un tipo que pasó de ser más famoso por sus errores a sorprender a todos con sus convocatorias y la emigración a Europa.
El nacido en Veracruz, es un futbolista que ha logrado sueños que no cualquiera ha podido. Ser figura en uno de los mejores equipos en México, ser campeón y dar el salto al fútbol europeo, brilló en el Watford, para dar paso con el Porto, donde tendría sus mejores momentos, siendo titular y jugador clave en el once lusitano. Lamentablemente su nivel bajó en el 2017, por lo cual, él pidió su salida del club para ver más minutos de cara al próximo mundial.
El paso en Sevilla ha sido un poco irregular, ha tenido desde partidos brillantes donde incluso le anotó gol al Real Madrid, hasta partidos infumables en los que ha salido de cambio. Pero la muestra de gallardía y determinación de Layún es loable. Un futbolista con mentalidad de ganador, que nunca se da por vencido.
“La determinación con la que he afrontado mi carrera. Eso me hace sentir único. Si algo me caracteriza es que cuando se me mete algo en la cabeza no paro hasta lograrlo”.
Rumbo a Rusia 2018
Miguel Layún fue llamado por primera vez en 2013, por José Manuel de la Torre. Ha jugado la Copa Oro 2013 y 2015, Copa Confederaciones 2017, Copa América 2016 y el Mundial de 2014. Ha portado más de 60 ocasiones la playera de Selección Mexicana, mismos en los que ha anotado 6 goles. Este será su segundo mundial, luego de ir a Brasil 2014 bajo el mando de Miguel Herrera, quien fue su técnico en el América, y por ende, la confianza sobre él.
“Estoy feliz por esta etapa que estamos atravesando de la preparación final para el Mundial. Me llena de felicidad saber que sigo luchando por mis sueños y que tengo cada vez objetivos más grandes y saber que puedo lograrlos”, dijo el surgido en las básicas de los Tiburones de Veracruz.
Ahora es un indiscutible en el Tri, con la gran funcionalidad para poder jugar en distintas posiciones, ya sea como lateral por derecha o izquierda (posición natural) o inclusive como mediocampista, en especial por las bandas.
“Prepararse a nivel físico es básico, pero también a nivel emocional. Pocos tienen la oportunidad de estar en un Mundial. Es un sueño y es importante encontrar el equilibrio para tener logros y disfrutarlo”. Esa funcionalidad le ha servido para tenerlo en mente, pues no importa qué posición juegue, sabe responder. Algo que resalta más en un sistema basado en las rotaciones con Juan Carlos Osorio.