Las tardes, después de ir a la secundaria, tenía como compañero de mesa un televisor de esos que para cambiar de canal sonaba como matraca. A color, estaba listo para ver Los Protagonistas, programa deportivo del cual mi tía, dueña de la tele, decía que conducía “mi papá, José Ramón”.

De lunes a viernes me apuraba para ver lo más completo posible el programa y en uno de esos tantos cambios de comentaristas en la mesa, llegó Christian Martinoli y presentaron a Luis García Postigo como nuevo analista. Con su reciente retiro, aun olía a Monarca del Morelia.

Durante mucho tiempo intentaron de todo para encontrar un buen narrador de futbol en TV Azteca y, no me dejarán mentir, hubo un momento que hasta Enrique Garay trató de dar su mejor esfuerzo en un encuentro del balompié. Había muy buenas fórmulas, como la de Emilio Fernando Alonso con Adán Vega, otras más o menos consolidadas como Francisco Javier González, pero jamás podían pelear de tú a tú con Televisa hasta que llegó el hombre del “peinado inteligente”.

Es un estilo propio para hacer de un encuentro totalmente aburrido un suceso chistoso de lo que pasa en la grada, en la banca, con los recoge pelotas y por último lo que sucede en la cancha, porque, por lo mismo, es tan insostenible que no da para mucho.

Sí, yo vi en vivo ese partido donde saca el clásico “¿de qué te vas a disfrazar?” refiriéndose a tan clara opción de gol fallida por Santiago Fernández y su llegada a México una vez que estuvieran eliminados.

También fui testigo del “¡no mames, no mames!” salido del corazón de Luis García con el gol de chilena de Raúl Jiménez, que ponía a México en la pelea por la calificación al Mundial.

Les puede gustar o no el estilo de estos dos personajes, quienes ya entraron en la historia de la narración pambolera mexicana. Les puede gustar o no sus maneras de expresarse y “exigir” a los jugadores mayor espectáculo, o mejor rendimiento en el caso de los seleccionados.

Pero Televisa le tiene tanto miedo a esta pareja que lo coloca en el eje central de un spot para promocionar su propia transmisión especial del Mundial de futbol, mientras que el aficionado al Toluca se ríe de ellos en cada transmisión y en cada punto de rating de los partidos del Tricolor.

Christian Martinoli y Luis García, aderezados con David Medrano, Jorge Campos, Zague y Carlos Guerrero, generan pavor en Chapultepec y no saben cómo superarlos; por ello se atascaron de analistas, comentaristas, ex futbolistas, hombres, mujeres, cómicos, etcétera para tratar de mantener el liderazgo en el rating previo y posterior a los partidos de la Selección.

Es cierto, antes de los juegos es muy atractivo ver a los televisos y mil analistas aunque hablen 30 segundos cada quien, pero a la hora de ver el juego, de escuchar a alguien, de entretenerte, los aztecos me siguen convenciendo más.

Esto, como ya lo dije, es cuestión de gustos. Hay personas que se toman el futbol demasiado en serio, que piensan que Martinoli y García son unos payasos, que no analizan nada y lo toman de relajo; pero, caramba, ¿no es el futbol algo para entretenerse? ¿no es ese deporte una manera de distraerse del día a día? En lo personal, como ya lo dijeron los grandes pensadores: el futbol es lo más importante de lo menos importante. A quién sienta que se le va la vida por los pateabalones y los resultados, que vaya a checarse al sicólogo.

Botepronto 

Que bonita fiesta la de los seleccionados. No faltaron a ningún reglamento interno, pero para los ojos de sus familias rompieron las más graves normas. Que eso, por favor, no los distraiga en la concentración.

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Aser Oropeza
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