México se enfrentará este sábado al combinado de Corea del Sur, será un partido clave por el destino del liderato de su grupo, por lo que Juan Carlos Osorio tendrá que elaborar una estrategia inteligente para derrotar a los surcoreanos.

No confiarse, una de las claves

El triunfo sobre la selección alemana le da al combinado nacional un pulso anímico muy importante, sin embargo, la escuadra azteca no puede confiarse demasiado, pues podría costarle caro subestimar a una Corea del Sur, que apenas fue derrotada un gol a cero.

En el futbol no hay rival pequeño, si el pasado domingo muy pocos creían que México podía derrotar a la campeona Alemania, también Corea del Sur puede dar la sorpresa ante los ojos del mundo, y vencer al 'Tri'.

La mentalidad ganadora que los jugadores mexicanos tuvieron el pasado domingo, destacó sobre todas las cosas, por eso se tiene que elaborar un partido en el que México no le regale nada a Corea del Sur.

Frenar la dinámica surcoreana y ejercer presión

Sabiendo que el estilo de juego de Osorio se basa en adaptarse a la forma de juego del contrario, una de las claves del funcionamiento del equipo asiático es la velocidad por los costados que tienen en los pies de Son Heung-min, por lo que será necesario mermar las posibilidades que Corea tenga para jugar por los lados. La organización defensiva jugará un papel importante a la hora en que México no tenga el dominio de la pelota.

La presión puede ser clave al momento de que se quiera recuperar el esférico, México debe meter a los surcoreanos en su parte del campo para así defender hacia delante y facilitar la recuperación inmediata.

Corea del Sur, al momento de tener el balón, se verá limitado en tiempo y espacio cuando quiera organizarse en ataque gracias a la presión mexicana.

Un ataque bien organizado, de la mano con un buen dominio del balón

Construir superioridades numéricas posicionalmente va a llevar al equipo de Osorio a una buena circulación de la pelota, para posteriormente generar amplitud y que los jugadores surcoreanos tengan que extenderse a lo ancho del campo, para así crear espacios y huecos en la organización del rival, con ello se obtendrá profundidad y se requerirá de mucha precisión por parte de los jugadores aztecas para hacer el último toque de penetración que deje al compañero de cara al arco rival.

Táctica y mentalmente el conjunto nacional debe hacer un partido con mucha inteligencia en el que no haya margen para los errores, la victoria le podría dar a México no solo el pase a octavos, sino también sellar el liderato del grupo.