México sale sin ataduras. El centro mal rechazado de Allison y CHuky remata a bocajarro, pero Filipe Luis se cruza. Cuando tu centro delantero termina cortando la jugada con una falta después de un sprint de 35 metros, sabes que el partido será de sacrificio.

Salcedo comete el primer error en la salida. Una y vamos contando dice Tite. Cuando Neymar toca la pelota tiene a tres verdes encima.

Vela hoy puede bajar mucho más por la pelota, a diferencia de Suecia y Brasil lo resiente. Ya son tres manos a mano que el de Cancún le gana a Fagner.

La de los últimos tres años, que el grueso de la gente se dio cuenta tenía México hasta la victoria contra Alemania, también surte efectos. Orientar la jugada a la banda izquierda para después cambiar de juego con Lozano y esperar que gane el duelo individual. Lo único que está faltando para que México abra la pizarra es una pizca de suerte.

Aunque no todo es México, por supuesto. La selección más ganadora de la historia en Copas del Mundo también apunta maneras, pero no las suficientes para acercarse a Ochoa. Ahí está Carlos Salcedo, aquel defensa que hasta hace unos años estaba arrumbado en la MLS. Hoy hace valer su apodo de Titán nada más y nada menos que ante Brasil. Cosas del futbol.

Pasan los primeros veinticinco minutos y es Neymar, quién más, quien le pone sabor al partido. En una maniobra digna de malabarista deja sin cadera a Álvarez y Ayala. La Canarinha ya aprieta a México por todas partes.

Déjame decirte que en la televisión no se aprecia todo lo que ocurre en el partido. Es verdaderamente fascinante ver cómo Márquez acomoda los hilos de este telar tricolor. Con un solo grito o ademán puede organizar a la orquesta completa. Como también impresiona ver la facilidad con la que Edson Álvarez abre la avenida para que Brasil entre hasta la cocina. La ecuación inexperiencia + presencia de Neymar no pueden dar otra cosa que una avenida a placer.

Al final de la primera parte el agua está nivelada y con ligera tonalidad amarilla.

Brasil sabe cuándo

La avenida de Edson Álvarez tenía que cerrarse. Por ello, Osorio deja calentando a Layún para efectuar el cambio hombre por hombre antes de que se reanude el partido. Sin embargo, sorprende a todos sacando al capitán Márquez.

El equipo de Tité ya es superior cuando Willian decide meterse al área y con una diagonal poner medio gol al 10 brasileno. La arena de Samara se cae con el gol de Neymar.

Tan pronto cae el gol, Osorio grita a la banca pidiendo a Jonathan Dos Santos, quien ingresa en lugar de un exhibido Edson. México mejora porque Brasil lo permite. Dejan que el combinado tricolor tenga la pelota y se olvidan de la presión alta.

La última carta en la baraja de Osorio es Raúl Jiménez y vaya que en su primera pelota hace pensar el por qué no entró antes.

Entre alfileres es como México se mantiene con posibilidades. Cada transición verdeamarelha es prácticamente jugar 1 contra 1 en defensa, pero es lo que toca porque también es la única posibilidad de que el Tri mantenga la esperanza de un empate.

El partido situado en donde Tité quiere. Fernandinho por Paulinho para tratar de ganar un poco de balance en el medio campo.

El tiempo se agota y México quiere pero, aunque es más ganas que futbol, no puede. Cuando Brasil pedía la hora, Hugo Ayala pierde la pelota de manera tan inocente que Osorio estalla en la banca. Diez segundos después, Brasil festeja el 2-0 y su pase a Cuartos de Final.

México y Osorio. La historia de lo que pudo ser, pero no fue.

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Sobre el autor
Alan Núñez
Mexicano de nacimiento, poblano de corazón. Director General de VAVEL México. | The Big Apple. Editor-in-Chief of VAVEL USA.