Otra vuelta al "Coloso de Santa Úrsula". Ahora a las 9 de la noche pero la afición volvió a responder. Un inmueble que lucía prácticamente lleno y que por momentos lució un mar de luces por los aficionados, fue testigo de una victoria más de Cruz Azul

Tigres era el rival más complicado del torneo hasta ahora en este inicio del Apertura 2018. Caixinha priorizó el equilibrio en la cancha. Los celestes se colocaron ordenadamente atrás para buscar salir en velocidad y los felinos controlaban el esférico. 

Pocas llegadas, más espectáculo en la tribuna y en el cielo, que dejaba caer lluvia por algunos minutos. Regresaba y continuaba. Finalizaron 45 minutos sin llegadas prácticamente. 

En el complemento, los locales buscaron mayor presencia con el balón. El partido dejó de ser tan disputado en la media cancha y se abrió ligeramente. Y a falta de media hora entró al campo el que sería el anotador del único gol. 

Roberto Alvarado ingresó por Javier Salas. Cruz Azul se colocaba como en sus anteriores partidos. Y funcionó el cambio del lusitano. Una mala salida de la zaga de Tigres y una agilidad de Elías Hernández para interceptar el balón, iniciaron la jugada del gol cementero. El extremo avanzó, sirvió para Alvarado y este definió con un potente disparo que Nahuel Guzmán apenas desvió pero no lo suficiente para evitar la anotación. 

Explotó el estadio. La afición apoyó todavía más, la victoria era más cercana. Ricardo Ferretti, movió sus piezas y buscó abrir el muro defensivo del rival. No ocurrió. El resto del partido también escaseó de muchas jugadas de gol. 

Y acabó el partido. La Maquina sumó su tercer triunfo en el mismo número de juegos disputados. Sin ser el juego más espectacular, continúa sumando, efectividad que mantiene a los celestes en la parte alta de la tabla general. Pronto, pero este Cruz Azul sigue dando resultados. 

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