'No vamos de paseo', 'Haremos nuestro mejor esfuerzo', 'Tenemos ganas de trascender', 'Queremos poner el nombre de México en alto', es el discurso repetitivo que escuchamos cada que algún club mexicano está por disputar el Mundial de Clubes.

En esta edición del 2018, es una participación especial ya que el equipo más mexicano de la Liga MX, representará al país y a la CONCACAF. Un nuevo reto internacional se le presenta al Rebaño y cabe recalcar que es la primera vez que participa en este certamen.

Equipos como América, Atlante Cruz, Azul, Pachuca, Monterrey y Necaxa, son los que han representado a la CONCACAF en el Mundial de Clubes siendo estas últimas tres escuadras, las que mejor puesto han alcanzado (tercer lugar).

Ahora es el turno de Chivas y aunque el discurso sigue siendo el mismo que los anteriores clubes que han participado, la motivación por hacer historia es lo que mantiene esperanzado al Rebaño Sagrado, pero ¿será suficiente para lograr trascender?

Piezas que fueron fundamentales en la final de Concachampions como Pizarro, Cota, Alanís y hasta el mismo Matías Almeyda, ya no están en el club. La directiva encabezada por Amaury Vergara y José Luis Higuera optó por no reforzar como muchos aficionados esperaban y es por eso que Chivas irá con el mismo plantel que quedó en onceava posición de Liga MX y que perdió en octavos de final en la Copa MX.

Los refuerzos llegaron tarde, sin actividad futbolística de casi un mes por no haber clasificado a la liguilla, y con un plantel que aunque tiene hambre de hacer historia, es corto, el Guadalajara se prepara para jugar uno de los torneos más importantes en su historia.

El camino es difícil empezando por Kashima, club japonés que fue subcampeón del Mundial de Clubes en 2016. Históricamente, los equipos asiáticos se le complican a los mexicanos y los nipones pueden dar el batacazo primero y acabar con las ilusiones de Chivas por enfrentar al Real Madrid y llegar a la final.

La plantilla de José Saturnino Cardozo debe estar consciente que el Kashima puede convertirse en un dolor de cabeza para el Rebaño y antes que pensar en el Real Madrid, el rival a vencer es el campeón de la AFC.

Poder competirle al conjunto merengue sería una anécdota para recordar, pero el panorama es oscuro y complicado. La realidad sobrepasa la ilusión y como en repetidas ocasiones con algunos otros equipos mexicanos, hacer un buen Mundial de Clubes se resume a llegar a las instancias para competir ante el campeón de Europa y hasta ahí.

Ojalá el hambre por trascender sea suficiente para que el Guadalajara puede llegar más lejos, sin embargo, el camino es complicado y tal vez, el destino de cualquier equipo mexicano en el Mundial de Clubes sea parecido al que tiene la Selección Nacional cuando disputa la Copa del Mundo; por desgracia, no les alcanza y muy probablemente no alcance para más; espero equivocarme.

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