La presente campaña dejó molestias y desconciertos en el Pedregal para el cuadro femenil de Pumas, ya que en el nuevo formato de competencia que presentó la Liga, quedaron muy lejos de por lo menos alcanzar la fase final. Esto no dejó atrás las críticas de diversas partes de la afición felina. Lo cierto es que la campaña sin tener que forzar mucho el razonamiento fue un fracaso.

Más allá de las banalidades que generalmente se escuchan dentro de las fuertes críticas a las integrantes del equipo felino, deberíamos pensar sí realmente todo fue sombra en las que portan los colores azul y oro. Así como anticipé, para esta humilde opinión esta campaña fue un fracaso pero también creo que hay luces que pueden servir para virar el camino el próximo torneo.  

Foto: Pumas MX
Foto: Pumas MX

Si llegásemos a hablar de un equipo que terminó en el puesto 14 con 19 puntos (su peor cosecha dese que inició la Liga Femenil), no podríamos esperar más que resultados estrepitosos. Peculiarmente para ellas las cosas hablan de manera distinta, ya que contra pronóstico, terminaron con una diferencia de goles positiva (+2). No es un detalle menor para los amantes de las estadísticas, y es que precisamente refleja de alguna manera que no fue un equipo al que le pasaran por encima ni mucho menos. Pero sobre todo, desmiente a quienes afilaron sus "críticas" contra las jugadoras del cuadro bajo. Pumas terminó como la segunda mejor defensa  del campeonato a la par de las rayadas que terminaron campeonas e imponiendo récord como punteras.

Más allá de las frías perspectivas que arrojan los números de cualquier estadística, fueron sin duda alguna, uno de los planteles más completos con los que cuenta esta naciente liga. Para este torneo jugadoras como Jaqueline García, Dirce Delgado o Hilary García hicieron que en los papeles Pumas lograra armar un equipo lo suficientemente fuerte para disputar el título. El problema como se puede ver no se da tampoco en la falta de plantel ni en la calidad de las jugadoras con las que cuenta el equipo, entonces ¿Dónde radicó el problema para que no lograran consolidar un equipo aspirante a competir por el título?

Es cierto que la defensiva es la mayor luz y virtud de estas Pumas, que si, a lo largo del campeonato regalaron goles infantiles y a pesar de ello siempre mostraron regularidad. Fue precisamente lo que mostró la defensa lo que no mostró ni la media ni la ofensiva; continuidad.

Uno de los problemas que atravesó al equipo (sino el más grande) fue la falta de continuidad de la mitad de cancha hacia el frente. Pumas movió muchas piezas a lo largo del campeonato, ya sea por algunas lesiones o por la supuesta maldición que denunciaba Ileana Dávila que a mitad del torneo les impidió anotar, siempre hubo rotaciones. De todas las jugadoras auriazules (que juegan de ofensiva) solo Edna Fabiola Santamaría jugó todos los encuentros y  ninguna otra rebasó la mitad de minutos posibles por jugar. De mitad para el frente todas las jugadoras tuvieron minutos, sin embargo, quien haya visto el torneo se pudo haber percatado que tal vez alguna jugadora podía disputar un encuentro para quedarse sentada o fuera de la convocatoria los próximos tres.

Para quedar un poco más claro el caso de Jaqueline García es ejemplar. La que llegó de Tigres esta temporada buscando minutos y que marcó tal vez el gol más hermoso de esta liga, progresivamente desapareció de las alineaciones. Jugando 10/18 de los partidos disputados, una jugadora que aportó el descaro por la banda izquierda de la universidad fue borrada. Cuando parecía que estaba por convertirse en una de las grandes referentes de este equipo, de un encuentro para otro, de pronto desapareció. Esto fue de las cosas que poco se entendieron en la estrategia del cuerpo técnico, ya que no se entendía el por qué de su ausencia, puesto que era una jugadora que marcaba diferencia cuando se encontraba en el terreno de juego. Esta fue la constante que presentó con sus jugadoras a la ofensiva.

Jaquelín García festejando su gol Foto: Pumas MX
Jaquelín García festejando su gol Foto: Pumas MX

La rotaciones en el cuadro auriazul impidieron que encontraran la regularidad durante la temporada. Eso se reflejó en los manejos de los partidos y la falta de idea en la parte creativa, que a mitad de torneo parecían resolver con la incorporación de Alexandra Martínez quien se afianzó en el puesto pero a pesar de encontrar piezas como ella no se detuvieron los cambios en el medio campo.  A pesar de apuntalar las transiciones y la circulación del juego en la media cancha, la falta de creatividad hacia el frente fue notoria. Esto pesó de sobremanera en los encuentros que terminaron empatando contra Necaxa o Puebla y en la derrota ante Juárez, partidos en los que dejaban atrás la oportunidad de acercarse a los puestos de clasificación.

Por último y tal ves más importante, llegamos a la figura de la directora técnica Ileana Dávila, quien fue objeto de las críticas en la presente campaña. Incluso, según cuentan otros medios, existió una rebelión por parte de las jugadoras quienes estaban inconformes con la técnica. Dicha rebelión terminó de explotar cuando al ser derrotadas en el partido frente Morelia en Cantera, algunas jugadoras que no fueron convocadas para el encuentro alzaron un grito que se expandió por la tribuna: ¡Fuera Ileana! La discordia entre plantel y cuerpo técnico no terminó por amarrar al grupo, a pesar de que ante cada inicio de partido demostraran “unidad”.

La queja de las jugadoras hacía hincapié en la continuidad o regularidad. Pero el cuerpo técnico encabezado por Ileana se ha caracterizado precisamente por la falta de regularidad. Esto no es una novedad para el equipo que no conoce nada más que las irrupciones en las alineaciones como acostumbraba hacer Osorio con la Selección Nacional. Y es que a pesar de que las rotaciones en Pumas sean una constante, aunque resulte irónico, su inconstancia es la única constante. Siempre nos encontramos con un equipo gitano, que podía hacerle un partido loable a Tigres en el universitario y descalabrarse un par de jornadas seguidas. La verdad es que es muy difícil saber a qué juegan las Pumas. Como ven el sapo avientan la piedra.

Foto: Pumas MX
Foto: Pumas MX

En ese sentido, el cuerpo técnico tendrá que definir prioridades y fijar las bases para dirigir a un conjunto que le sobra bastante calidad como para estar colero en la tabla. Como hasta este momento todo indica que Ileana Dávila seguirá al frente de las universitarias, los cambios deberán pasar por lo estratégico y por la planeación de los partidos, así como en la formación física de las jugadoras que pasaron por muchas lesiones y en algunos encuentros se les notaba fatigadas (incluso con algunas que entraban de cambio). Pumas deberá tomarse más en serio a su equipo Femenil, ya que por las filas de las felinas han pasado varias jugadoras que han salido para apuntalar a los equipos que han sido protagonistas de la liga como Lucia Rodríguez quien partió a las rayadas.

Foto:Pumas MX
Foto:Pumas MX

En conclusión, Pumas deberá dar un cambio drástico respecto a lo hecho este campeonato si es que quiere empezar a trazar un camino que lleve a ilusionarse con el título. Sin duda alguna tiene las condiciones para competir por coronarse la próxima campaña, esa es la realidad de Pumas, que a pesar de sus deficiencias tácticas logró hacerle partido a ambos cuadros del norte que llegaron a la final, así como también al clásico rival de Coapa. Lo que le falta es encontrar la madurez tanto de quienes están jugando como de quienes están dirigiendo y así poder terminar de romper el cascaron que aún no las ha dejado brillar. Veremos si la próxima temporada logran dar el salto de calidad que las impulse a los primeros sitios y esperemos poderlas ver (sin demeritar las instalaciones de Cantera) donde verdaderamente tiene que jugar Pumas; en el Estadio Olímpico Universitario.