Después de 45 minutos, en los que Pachuca había tenido que realizar dos cambios, algo poco visto en nuestro fútbol, León ya ganaba, cómodamente, 2-0.

Un juego de varios debuts, un juego en donde, si había jóvenes, hacía falta el aporte de un seleccionado sub 17, en el mediocampo de 'los Tuzos'.

Al minuto 59, ya con un 3-0 en contra, para convertirse en el tercer cambio de Pachuca, entró Eugenio Pizzuto, aquel de las satisfacciones en el Mundial sub 17, aquel del buen toque y de la garra, aquel de la capitanía: era su debut.

Minutos más tarde, quizás unos 10 en cancha, una jugada que no ameritaba complicación, lo hizo barrer para alcanzar el balón, solo, sin nadie a varios metros a la redonda, fueron las ganas, fue la emoción, fueron los nervios, no lo sé; pero, lamentablemente, se le atoró el pie en el pasto.

Imagen desgarradora que sucumbió a todo un estadio, a media nación futbolística, imagen que hizo que Luis Montes fuera el primero en llevarse las manos al rostro y luego corriera a abrazarlo, recuerdo de aquel 31 de mayo (2014), en el partido frente a Ecuador, recuerdo de aquella situación que lo hizo perderse un Mundial y que mermo su juego, durante varios meses.

Estaba de más ponerse a pensar que, Pachuca, tendría que terminar el juego con 10 hombres, pues ya no tenía cambios. Eso no importaba. El juego, después de eso, créanme, hasta en estado de 'schock' tuvo a algunos cuantos...

Hoy se ha confirmado ruptura de peroné y una luxación en el tobillo, lo que ameritará una cirugía y nos tendrá a expensas del tiempo de recuperación: 3 meses, 5 meses, 6 meses, da igual, lo importante es que, sabemos... ¡regresará más fuerte!

 

Fuerza Euge, fuerza Pizzuto.