Estos clubes se enfrentaban por segunda ocasión en la temporada 2019 - 2020, se medían después de aquella solitaria tarde en el 'Lastras’, en donde Necaxa no tuvo complicaciones para traerse los tres puntos, luego de encontrarse con una casa deshabitada, debido a una suspensión de los que comúnmente la han poblado.

Alfonso Sosa iniciaba, en Aguascalientes, una segunda osadía, una segunda experiencia que intentaba mejorar, después de aquel 53% de efectividad conseguido, en sus primeros torneos con los hidrocálidos.

Atlético de San Luis contaba, en la banca, con la serenidad de un técnico ganador, Guillermo Vázquez, el ex de los Rayos. Pero si de amoríos pasados hablamos, es preciso decir que Necaxa tenía en sus filas al artífice del último ascenso sanluisino. 

Luis Felipe Gallegos, quien arrancaba como titular, apenas hacía unos meses defendía los colores, la camiseta y el fervor del equipo local; hoy, era rival. 'El sobreviviente' entregó todo, mientras estuvo, sangre, sudor y lágrimas, de ahí que haya sido debatible la silbatina que recibió del 'respetable'.

El esférico era el objeto de deseo en los primeros minutos, mismo que comenzó a trasladarse, poco a poco, al lado de los nuevos 'rojiblancos'. Los invasores comenzaron con un dominio desde la tribuna, hasta que llegó al mediocampo. 

Al terminar la primera batalla, esa que nosotros llamamos primer tiempo, esos invasores, que llegaron con ímpetu de conquista, estaban logrando su objetivo. Un ataque comandado por el general 'Pipe' Gallegos, culminado por el militar Matías Catalán, aunado a un lance heroico, al filo de la raya, de Javier Cortés, lo estaban acercando a la cima.

Para el complemento, algunos soldados comenzaron a caer: Maxi Salas salía de cambio y Claudio Baeza, por molestias físicas, se tenía que hacer a un lado. Más malas noticias: por fuera de lugar, le anulaban, correctamente, un gol a 'El Comandante'. No obstante, pese a que los Rayos estaban siendo dominados, aún había esperanzas, gracias a las ocho grandes atajadas de Hugo González.

En los últimos minutos, esas acciones cobraron relevancia, ya que, después de poco más de ocho meses, Daniel Álvarez volvió a perforar la portería rival en la Liga MX. Finalmente, lograron el empate.  

Al final de la cruzada, ambos estrategas se dieron un salomónico saludo, los 15'809 aficionados se fueron con emociones encontradas y, a todo el público, nos dejan una enseñanza: tenemos que aprender a vivir sin el pasado. Ya vendrán otros amores