"Es el peor primer tiempo que he dirigido en mi carrera". Con estas palabras, el debutante director técnico de los Zorros del Atlas, Rafael Puente, salió a conferencia de prensa después de que su equipo cayera por 1 - 3 ante Monarcas Morelia este jueves en la jornada 5 de la Liga MX en su edición Clausura 2020.

Desde que se supo que Puente Jr. sería el nuevo estratega rojinegro, se generó bastante expectativa, ya que su estilo de juego es diametralmente distinto al de su antecesor, Leandro Cufré. En efecto, cuando el Atlas saltó a la cancha del Jalisco, se notó una gran diferencia desde el parado táctico. No obstante, esta diferencia no resultó, ni de cerca, tan atractiva como lo esperaba la afición tapatía.

Apenas arrancando el partido, se hizo evidente que los locales no tenían ningún tipo de control sobre el juego. Al jugar con un sólo contención, el medio campo parecía territorio perdido para los Rojinegros. El Morelia se hizo por completo del dominio del balón, y fue el único equipo que generó ocasiones de peligro durante la primera mitad.

Pero, ¿podemos realmente culpar a 'Rafa' Puente por esta mala exhibición? Por supuesto, el director técnico tiene su parte (y no pequeña) de responsabilidad por el accionar de un equipo. Sin embargo, ¿se podía esperar mucho más de un estratega que debutaba con un plantel armado para ser dirigido con una idea tan distinta a la suya?

Cierto, la actuación que tuvo el Atlas ante Monarcas fue, muy probablemente, la más deficiente en lo que va del semestre. Por eso, debe señalarse que Puente no planteó el partido de la mejor manera, pero, así como no podemos elevar las virtudes de un futbolista por un buen encuentro, tampoco podemos pedir la cabeza de un entrenador después de una mala actuación del equipo en su debut.

El plantel no está diseñado para Rafa Puente

Ya lo mencioné anteriormente, pero es muy necesario repetirlo. Este equipo rojinegro fue planeado y construido en la pretemporada pensando en que Cufré contara con las mejores armas para desarrollar su idea de juego. No obstante, al irse el argentino y llegar Puente, el ex técnico de Lobos y Querétaro se topó con un grupo de futbolistas acostumbrados a otra filosofía, reforzado con hombres pedidos por una cabeza muy diferente a la suya.

El Atlas llevaba más de seis meses jugando con un peso muy importante a la defensiva. Durante la gestión anterior, los Zorros juntaban mucha gente en su zona baja y apostaban al contragolpe para intentar hacer daño al adversario. Con el nuevo técnico, esos días quedaron atrás.

Por sus anteriores procesos en otros clubes, sabemos que a Puente del Río le gusta jugar de forma mucho más ofensiva. Esto quedó claro después de ver la alineación del Atlas, que partió con un 5-1-2-2, con los dos laterales permanentemente volcados a la ofensiva. De hecho, el lateral por la izquierda fue nadie menos que Jesús Isijara, un jugador con indiscutibles cualidades para el ataque.

Tal vez, Rafael Puente abusó del concepto ofensivo en un equipo para nada acostumbrado a éste. Aquí se abre, una vez más, el debate interminable sobre si los jugadores deben adaptarse a la idea de juego de su entrenador o si es éste último quien tiene que moldear su idea según los futbolistas con los que cuenta.

No conoces a tu equipo en una semana

Recordemos que, en la victoria de fecha 4 ante Tijuana, Rafa Puente no estuvo en el banquillo, pues no había dirigido un sólo entrenamiento con el Rojinegro desde que asumió su nuevo puesto. Al día siguiente, los Zorros se concentraron en 'la Madriguera' al día siguiente para entrenar y familiarizarse con su director técnico, lo cual, me parece, fue una decisión muy sensata.

Ahora, prestemos la atención necesaria al punto anterior. Puente conoció a sus jugadores el día sábado 1 de febrero. Para el día 6, ya estaba dirigiendo su primer partido oficial. No sé si hace falta decirlo, pero seis días no son tiempo suficiente para impregnar una nueva idea de cómo jugar al fútbol en una plantilla de primera división.

Para algunos, tanto 'Rafa' como sus futbolistas, al ser profesionales del deporte, tuvieron que haber estado listos con el tiempo que tuvieron antes del partido del jueves. Yo difiero, pues soy de los que piensa que las pretemporadas duran tanto, precisamente, para que jugadores y cuerpo técnico se tomen la medida y logren desempeñarse bien en el terreno de juegos. Pensar que una semana es suficiente para voltear la realidad de un equipo me parece algo fuera de la realidad.

La presión de Monarcas

Bueno, ya dejé claro que, a mi parecer, no se le puede cargar por completo la mano a Rafael Puente por la mala exhibición del Atlas en la fecha 5. Sin embargo, también dije que sí lleva una buena parte de la responsabilidad, pues, en lo táctico, Pablo Guede lo hizo ver bastante mal.

Volvamos a uno de los puntos anteriores: la ambición ofensiva con la que Puente paró a su equipo fue tal que, en su afán por sumar hombres al frente, dejó a Lorenzo Reyes sólo en la contención. A diferencia del Atlas, Morelia es un cuadro que ya lleva tiempo con una idea concreta, y sus jugadores aprovecharon por completo la falta de estructura en el medio campo rojinegro.

Dos de los tres goles purépechas fueron productos de par de tiros de esquina. Ambos balones parados, al igual que el tanto del 1 - 3, resultaron de una presión moreliana en el medio sector, del cual, como ya dije, fueron amos y señores durante la práctica totalidad del encuentro.

Incluso con el 1 - 1, pareciera que los locales vieron demasiado cerca la posibilidad de una remontada. La vehemencia ofensiva se combinó con la falta de solidez en la zona defensiva del medio sector, y los Monarcas sacaron partido de ello.

Sin medio campo, no hay delantera

Algo que se le ha criticado al Atlas desde hace mucho tiempo ha sido su incapacidad de generar o importar centro delanteros de alta calidad. Es fácil pensar que, en un partido en el que la ofensiva batalló para perturbar al portero, fueron los nueves los que no cumplieron con su labor. Pero, si los encargados de las provisiones no le dan parque a un artillero, ¿cómo esperan que éste pueda disparar?

Y, aquí, volvemos a la falta de población en el medio campo. Sabemos que a Rafael Puente le gusta que sus jugadores salgan tocando el balón, mas, si tu enlace entre la defensa y el ataque es un jugador que tiene que enfrentarse a, por lo menos, una tercia de rivales, las probabilidades de generar opciones de gol son bajísimas.

Sebastián Sosa vio muy poca acción durante los 90 minutos, pero lo mismo podríamos decir de Ignacio Jeraldino y de Javier Correa. Los dos hombres en punta que abrieron el partido para los Zorros batallaron demasiado para que el balón llegara a sus pies. Un delantero al que no le llegan pelotas no puede marcar goles para su equipo. Así de simple.

Detalles técnicos importantes que Puente del Río tendrá que corregir durante las jornadas restantes. Alguna mejoría tendrá que notarse ante un más que Complicado América en la fecha 6, pero tampoco podemos pedir al Milán de Arrigo Sacchi.

Ojo, yo pienso que, salvo actuaciones verdaderamente catastróficas, Rafael Puente debe terminar el Clausura y arrancar el Apertura en el banquillo rojinegro. Sin embargo, alguien ya debió advertirle al estratega que, tratándose de un equipo con tanto ayuno de gloria como el Atlas, no puede esperar mucha paciencia por parte de la afición.

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