La vida es un conjunto de momentos, de tenues momentos. La vida se nos va en cualquier instante, justo cuando menos lo esperamos. La vida se nos va en un suspiro, sí, aunque en ocasiones, ese suspiro se puede extender a más de 100 años de glorias.

 

Así ocurrió el día de hoy para Don Nacho, figura emblemática de nuestro fútbol. Se inició por allá de los años 30’s, jugando para el mítico Necaxa, con quienes consiguió cuatro títulos, y el crédito de ser parte del primer Campeonísimo, aunque aún en la era amateur.

 

Ya como profesional, una grave lesión, únicamente le permitió jugar cinco años, yendo de un lado a otro. Pero aún su mayor gloria estaba por venir.

 

Casi inmediatamente, se encausó en la carrera de entrenador, iniciando en la Segunda División, pero consiguiendo un ascenso rápidamente. Dirigió en total a nueve clubes, con un total de más de mil encuentros.

 

Se va con un brillo alcanzado, con la eternidad garantizada, después de lograr la sublime cantidad de 15 trofeos a nivel de clubes, 7 de los cuales fueron en Liga. Debemos de hacer mención de que él tiene el récord de más títulos con club, de todo el fútbol mexicano. Al igual, junto a Vucetich, fue acreedor de títulos con cuatro clubes distintos. 

 

También tuvo participación con la Selección, a quienes dirigió en más de cien encuentros. Fue dos veces elegido como el mejor entrenador de México y recientemente galardonado con el Balón de Oro, por su increíble trayectoria en nuestro país, una trayectoria que se extendió a casi 50 años. 

 

Dicen que la vida es como un cuento, aunque difícilmente tendrá un final feliz. Sin embargo, para él, hoy se deja de escribir aquel cuento, y se abre paso a la edición de una leyenda, de una increíble leyenda. Descanse en paz.