Con el paso de los años, el Club América se ha caracterizado por siempre buscar a los mejores futbolistas del momento en el balompié nacional, teniendo en sus filas a jugadores históricos, algunos con gran historia como azulcremas y otros no tanto.

Era el torneo de Invierno 2000, Luis Hernández llegaba como refuerzo estrella a las Águilas tras una gran temporada con Tigres y con el grato recuerdo del Mundial de Francia 1998, donde se convirtió en el máximo goleador mexicano en Copas del Mundo.

El paso del 'Matador' con América no fue tan brillante pues no consiguió ser el goleador que tanto se esperaba, sin embargo, se le recuerda gratamente por haber sido parte del plantel que consiguió el título de CONCACAF en 2001 y que terminó con la sequía de títulos en Liga en 2002.

En entrevista para TUDN, Luis recordó con mucha felicidad su paso por las Águilas: "Ponerse la playera del América significaba quedar campeón, no era para lucirla, era para quedar campeón de todo México".

Pese a haber defendido un sinfín de playeras a lo largo de su carrera (Cruz Azul, Querétaro, Monterrey, Necaxa, Boca Juniors, Tigres, LA Galaxy, Veracruz, Jaguares y Lobos BUAP), el oriundo de Veracruz afirmó que su corazón le pertenece al cuadro de Coapa: "El América es el club de mis amores".

Finalmente, Hernández compartió una anécdota que compartió con el actual portero y referente del equipo, Guillermo Ochoa.

"Cuando estaba en el equipo, me quedaba a entrenar disparos luego de la práctica y le pedía al entrenador que dejara un portero para tirar unos penales, y me mandaban un porterito flaquito que se llamaba Memo Ochoa, yo le decía que si me paraba uno era el mejor de México, pasó el tiempo y se ha vuelto el mejor de México".