Una semana más sin poder hablar de una victoria del Atlas. Aunque, por lo menos, en la jornada 3, los Rojinegros pudieron por fin sumar un punto en el Guard1anes 2020. Y lo anterior se dice más de manera sorpresiva que como algo que realmente pueda aliviar el ánimo de la afición.

Contra el Atlético de San Luis, los Zorros tenían la obligación de ganar para subir su cociente, que es el peor de toda la Liga. Y no sólo eso, sino que, de haberse dado el resultado, también se hubiera afectado seriamente el porcentaje de los rojiblancos, que son el rival más cercano del Equipo del Paradero en la tabla de cocientes.

Pero, como ya sabemos, este Atlas no se motiva a obtener resultados ni cuando enfrenta escenarios como el de este fin de semana. A pesar del supuesto ultimátum que se le había dado a Rafael Puente (ganar o ganar), sus dirigidos salieron del Alfonso Lastras con nada más que un empate, el cual no les sirve de nada en su lucha más importante y la única real: la de la parte baja de la porcentual.

En esta Cabecera Norte, se tocarán varios temas que no se limitan al accionar del conjunto sobre el terreno de juego, sino, también, al entrenador (como ya es costumbre) y a una directiva maniatada o demasiado flexible, que parece incapaz de tomar decisiones obvias.

Cambio de actitud

Si un cambio positivo se pudo observar en el partido de este domingo, ése fue una mejor actitud general en todo el equipo, y no sólo en dos o tres jugadores. Tal vez por el deseo de salvar la cabeza de su entrenador y amigo, los Rojinegros mostraron más hambre que en cualquiera de los juegos anteriores de esta temporada.

Fuera lo que fuera, lo cierto es que, ante el San Luis, el Atlas se vio más ofensivo que en los partidos tanto de las jornadas 1 y 2 como de la Copa GNP por México. Hay que recordar que, al llegar a Guadalajara, Puente dijo que 'la Fiel' se sentiría identificada con su equipo. El último fue, probablemente, el juego en el que los Zorros se acercaron más a lo que la afición espera de ellos. Lástima que les tardó 12 juegos el poder hacerlo.

Ahora, también hay que darnos cuenta de quién es el rival. Con todo respeto para la gente del 'Atleti', la escuadra potosina no está ni cerca de ser un sinodal importante para ningún equipo. El juego ofensivo de los Zorros lució mucho, pero, la verdad sea dicha, mucho tuvieron que ver las facilidades que concedió la escuadra local.

Y sí, en términos generales, el equipo mostró sus ganas de sacar el partido adelante. Pero, lamentablemente para 'Rafa', el fútbol no se trata de actitud, sino de resultados, y éstos continúan sin llegar a la 'Madriguera'. No obstante, de momento, parece que a los directivos les sobra la paciencia hacia el entrenador.

El tridente del medio campo ofensivo

En ediciones anteriores de esta columna, ya se había hablado al respecto. Luciano Acosta y Víctor Malcorra se convirtieron rápidamente en el motor de juego del Atlas en este ciclo. Se hablaba, también, de que, con la incorporación de Renato Ibarra, la generación de ataque por parte del Rojinegro iba a ser bastante buena.

Para enfrentar al Atlético de San Luis, finalmente, Ibarra pudo hacer su debut liguero con el Equipo del Paradero, y lo hizo como titular. De más está decir que, efectivamente, con los tres volantes ofensivos, se tuvo un nivel mucho más alto que en los duelos anteriores.

Y, si bien Malcorra dio, probablemente, su partido más flojo con la camiseta de la 'Furia', resulta evidente que continuará siendo uno de los hombres clave para el funcionamiento del conjunto atlista. Tanto él como Renato y 'Lucho' serán indispensables para que los Zorros puedan tener pegada... si es que el técnico lo entiende de esa manera.

Cambios que no se explican

Si tienes a los tres futbolistas mencionados anteriormente generando buen juego, lo normal sería buscar darles soporte para que su desequilibrio se convierta en goles. Y, si uno tenía que salir, tal vez el mejor candidato hubiera sido Víctor Malcorra, que, como ya se dijo, no tuvo un gran partido.

Pero, contra todos los pronósticos, Rafael Puente del Río decidió sustituir a Renato Ibarra al inicio del segundo tiempo. El elegido para ocupar su sitio fue Jairo Torres, quien, para colmo, salió lesionado tras haber disputado 25 minutos. Por si fuera poco, al 81', cuando el equipo necesitaba meter gol sí o sí, sacó a Luciano Acosta para darle entrada a Ignacio Jeraldino, un centro delantero que lleva varios encuentros sin aportar nada al equipo.

Se entendería si los cambios se hubieran debido a un tema físico, especialmente en el caso de Ibarra, que recién se reintegra al trabajo en conjunto después de haberse lesionado en la Copa GNP. Sin embargo, al momento de abandonar el terreno de juego, tanto el ecuatoriano como el argentino lucían 'enteros', y su capacidad de abrir espacios y crear jugadas de peligro se extrañó bastante en los minutos finales.

Por otra parte, podría decirse que Puente no quiso arriesgar de más a sus principales jugadores, y que decidió guardarlos para ocasiones más importantes. Pero, retomando lo que se dijo al inicio, éste era, con toda probabilidad, el encuentro más importante del torneo. Por supuesto, aquí sólo estoy hipotetizando, pero si un director técnico no entiende que un duelo directo en la tabla de cocientes se tiene que pelear con los mejores hombres hasta el final, su continuidad, ya de por sí en duda, debe ser analizada con mucho detalle.

Lo que pudo ser y no será

Desde antes del partido contra Pumas, con el futuro de Rafael Puente pendiendo de un hilo, se especuló con la llegada de Víctor Manuel Vucetich al banquillo rojinegro. Se dijo, incluso, que gente de las altas esferas del club ya estaba en pláticas con el entrenador tamaulipeco en caso de que Puente no obtuviera un buen resultado en casa.

Llegó el día del juego, el Atlas sufrió una nueva derrota y parecía que la suerte del estratega capitalino estaba echada. Pero, en una muestra de respaldo un tanto injustificado, los jugadores del Equipo del Paradero se unieron para pedir la continuidad de su técnico. La directiva aceptó y, supuestamente, dio un ultimátum para el encuentro contra el 'Atleti'. 

En donde sí se tomaron decisiones contundentes fue en la casa de enfrente, en el Club Deportivo Guadalajara. Tras cosechar sólo un punto en sus primeros tres partidos del Guard1anes 2020, Luis Fernando Tena fue cesado de su puesto como entrenador del chiverío. Ahora, todo parece indicar que su sustituto (¿cómo no?) será el mismísimo 'Rey Midas'.

Cierto, el dinero siempre fue un gran impedimento para que se diera la llegada de Vucetich al Atlas, pues es uno de los directores técnicos más caros en la órbita del fútbol mexicano. No obstante, Pedro Portilla y compañía parecen olvidar que, si los resultados no mejoran, el club estará obligado a pagar una multa de $120 millones de pesos. 'Vuce' podría haber ayudado a evitar el pago de dicha cantidad, pero, ahora, todo esto quedará en un "¿qué hubiera pasado?".

La paciencia es una virtud. Saber prescindir de ella, también

Ya se mencionó que, tras la petición de los futbolistas para que Puente siguiera a su mando, la directiva rojinegra le lanzó un ultimátum: o ganas contra el San Luis, o te vas. Pareciera que estas palabras son contundentes, pero, ya vemos, la imperación no sirve de nada si sus consecuencias no se aplican.

Tras empatar contra el equipo rojiblanco, se esperaba casi con seguridad absoluta la destitución de 'Rafa'. Sin embargo, esta tarde, salió a la luz información que dice que el capitalino recibió otra vez el mismo pseudo ultimátum: o ganas contra el Toluca, o te vas.

Como aficionado del Atlas, quiero que el equipo gane siempre, pero me preocupa que el equipo consiga otro mediocre empate contra unos Diablos Rojos que no están en su mejor momento (recién acaban de darle el primer triunfo de su historia al Mazatlán FC), y que, con la fecha doble encima, el punto obtenido sirva para alargar la estancia de Puente del Río en el banquillo.

Repito: como aficionado del Atlas, quiero que el equipo gane siempre. Pero, también como aficionado que soy, me asusta pensar que las decisiones importantes no serán tomadas hasta que sea demasiado tarde.