Nueva victoria para el Atlas bajo el mando de Diego Cocca. Y, en esta ocasión, fue en uno de los partidos más importantes del campeonato, pues se le ganó al FC Juárez, rival directo en la porcentual, en uno de esos famosos 'partidos de seis puntos' para evitar el descenso simbólico y la subsecuente sanción económica.

Con el argentino en el banquillo, ya son 11 los puntos conseguidos por el Rojinegro, que culminó su participación en la jornada 12 en puestos de repechaje para la Liguilla. Aunque sigue sin ser un equipo espectacular, este Atlas ha demostrado que, con el dirigente adecuado, puede sumar puntos importantes para la consecución de objetivos inmediatos.

Gran manejo de partido

Como recién dije, esta edición de la Furia no jugará como la Selección Holandesa de 1974. Pero obtiene resultados, que es lo que importa, y más si tomamos en cuenta las desfavorables condiciones en las que los Zorros arrancaron el Guard1anes 2020.

Contra Bravos, Cocca dio una clase de manejo de partido con ventaja en el marcador. Y esto lo hizo con y sin balón. Alguien que tal vez no ve el fútbol con la intención de hacer un análisis profundo, podría decir que al equipo no le da para más (aunque debemos reconocer sus marcadas limitaciones), pero la realidad es que el técnico detectó, interpretó y ejecutó a su conveniencia el partido que le propusieron sus rivales.

Los rojinegros se encontraron arriba en el marcador desde muy temprano gracias a un autogol de Mauro Férnandez, producto de una buena jugada entre Jesús Isijara y Víctor Malcorra por la banda izquierda. A partir de ese momento, sin necesidad de 'meter el camión' y con la estrategia que ya le conocemos, el estratega argentino priorizó el orden defensivo y pudo llevar el encuentro por el rumbo que a él le interesaba.

Con balón, la Academia consiguió posesiones largas y de toques seguros, sin arriesgarse a imprecisiones que pudieran comprometer el resultado. Y, sin la pelota, especialmente en los segundos 45 minutos, los jugadores atlistas se pararon en dos sólidas líneas de cuatro, con los volantes ofensivos haciendo una muy destacable labor de sacrificio. Los fronterizos no encontraban espacios para hacer daño y perdían casi todas las divididas. De hecho, al contragolpe, el Atlas pudo haber conseguido por lo menos otro gol, si acaso se tuvieran mejores individualidades al frente.

En todo sentido, el manejo del partido de este viernes fue casi perfecto, a pesar de unas pocas jugadas en las que tuvo que intervenir Camilo Vargas. Sin hacer un desgaste físico innecesario y aprovechando las facilidades que dio el adversario, Diego Cocca pudo cerrar el compromiso de manera temprana y llevarse los tres puntos a casa.

Buena demostración de Jeremy

Para el duelo en Ciudad Juárez, el Atlas llegó con una baja muy importante en su esquema titular: Luciano Acosta, el jugador más desequilibrante de la plantilla actual, estaba suspendido debido a una expulsión en la fecha 11. Su lugar en el once fue ocupado por un recambio recurrente en las últimas semanas: el joven Jeremy Márquez.

El canterano jugó 67 minutos durante los cuales se le apreciaron condiciones muy interesantes. Es cierto que no ofreció las virtudes ofensivas que se tienen con 'Lucho', pero desde el inicio se sabía que ése no iba a ser su rol. En cambio, Márquez sirvió como un buen conducto entre el medio campo y el ataque, reteniendo el balón y ganando tiempo para que sus compañeros se ubicaran en posición de hacer daño.

Con apenas 20 años, Jeremy es, probablemente, el principal estandarte de una nueva generación de la Academia del Fútbol Mexicano, aunque todavía falta darle tiempo y fogueo en la cancha. Lamentablemente, sus mayores oportunidades han llegado a partir de la lesión de Édgar Zaldívar, pero, en cinco juegos como titular, este juvenil ha demostrado que tiene el talento para ser tomado cada vez en cuenta más por el cuerpo técnico del primer equipo.

Malcorra como el mejor hombre de ataque

En el punto anterior, dije que, como era lógico, Jeremy Márquez no suplió el papel ofensivo que dejó vacío Luciano Acosta. Ese trabajo, aunque realizado de manera distinta, fue ejercido por el refuerzo más cumplidor para el Atlas en el semestre actual: nadie menos que Víctor Malcorra.

Sin 'Lucho' para generar fútbol hacia el frente, Malcorra asumió el rol de incisivo en el esquema rojinegro. El ataque de su equipo no se enfocó en el centro del campo, sino en la banda izquierda, por la que el argentino apareció constantemente detrás del centro delantero. Y las incursiones atlistas no ocurrieron a través de desbordes y regates, sino de buenas asociaciones entre los carrileros.

De hecho, la jugada que terminó con el gol en contra de Fernández se gestó por el sector siniestro, con una combinación entre Isijara y Malcorra. El número 7 apareció dentro del área y ya se preparaba para rematar un buen servicio del sinaloense, pero entonces ocurrió el cruce defensivo y, de cualquier manera, la pelota terminó en el fondo de las redes.

En conclusión, este viernes se probó que el Atlas de Cocca no es un equipo que depende de un solo hombre para crear opciones de peligro. Víctor fue quien tomó la estafeta contra Bravos, y seguro que, si llegara a faltar, el cuerpo técnico encontraría otra solución para seguir atacando.

Al Atlas le falta un Lezcano

Toco este tema simplemente porque la Furia se enfrentó a un delantero que mostró cómo deberían jugar los puntas del Atlas. A pesar de que su equipo no lo surtía de balones, Darío Lezcano encontró la forma de tener contacto con el esférico y, en cierta medida, generar peligro a favor de su equipo.

Y digo esto porque he escuchado a algunos defensores de Javier Correa e Ignacio Jeraldino decir que la falta de gol de ambos extranjeros no es tanto culpa suya, sino que sus compañeros no les ponen pelotas para rematar. Podría decirse lo mismo de Lezcano, pero, aun así, ha logrado ser referente de su equipo y ha marcado cinco dianas en el presente torneo.

Jugando durante todo el segundo tiempo, Jeraldino incluso tuvo dos oportunidades muy claras para sentenciar el marcador. El chileno no tomó las decisiones adecuadas en ninguna de las dos jugadas, y eso impidió que los Zorros ganaran con mayor tranquilidad.

Dependiendo de qué transmisión hayas sintonizado para ver el partido, tal vez escuchaste a algunos comentaristas decir frases como "qué difícil es ser delantero del Atlas hoy en día". En mi opinión, ser delantero de Juárez es un escenario más o menos similar, y el paraguayo se ha hecho presente a pesar de él.

Germán Conti: Despejando las dudas

Otra cosa que he escuchado bastante últimamente son críticas a Germán Conti. Esto me resulta sorpresivo, porque, en términos generales, el argentino me parece un muy buen central.

Ciertamente, yo nunca oculté mi preocupación por las múltiples falencias de todo el aparato defensivo durante la gestión de Rafael Puente del Río. No obstante, con la llegada de Diego Cocca, la mejora en este sector ha sido más que evidente, y creo que Conti ha sido un pilar importante del equipo rojinegro en las últimas jornadas.

Entiendo los reclamos que se manifestaron durante esta última semana, ya que el defensor argentino fue quien cometió el penal con el que se perdió ante Pachuca. Sin embargo, el partido de Conti en aquella ocasión fue bueno, y el de la fecha 12 fue aun mejor.

Dominante en el juego aéreo en contra, como lo ha sido desde su llegada a México, Germán alejó todo el peligro que pasó por su zona de acción, y resolvió bien varias jugadas con el balón en los pies. Es cierto que su falta de técnica es un detalle que habrá que pulir, pero no pienso que esto lo convierta en un mal jugador.

Por fortuna, Anderson Santamaría pudo volver a jugar con el primer equipo después de una lesión y una recaída que lo alejaron de las canchas por casi un año. Tanto el peruano como Conti y el reivindicado Martín Nervo se han convertido en centrales confiables, y cualquiera de ellos podría justificar el aparecer en el once inicial frente a Necaxa en la fecha 13.