'Tener el balón o no tenerlo, esa es la cuestión'.

No todos en esta vida tienen la facultad de ser líderes, de dominar; no todos tienen la capacidad de guiar algún entorno, de elevar su voz y de cambiar las ideas. Sin embargo, hay gente que nace para ser guiado, para ser sobrellevado, y, aun así, siempre se sabe adaptar.

Cederle la iniciativa a la gente que te rodea es válido, pero es frustrante saber que dicho dominio no es por que tú lo permites, sino por la fragilidad que demarcas en tu persona. 

Lacerantes minutos fueron los que se tuvieron en horas pasadas, un tormento disfrazado de amarillo, que, dicho sea de paso, nunca se logró consumar. Así que tampoco se puede garantizar que, con tanto dominio, los resultados vayan a ser siempre positivos, y menos cuando enfrente tienes a un ángel, a un 'Ángel' que siempre le ha gustado cuidar celosamente a los suyos. 

Los histriones fulgurantes ya estaban divididos. Entre antagonistas y protagonistas, las escenas intentaron dejar un buen espectáculo, pero no lo consiguieron en ningún momento.

El anecdótico gol de aquel dorsal 17 representó una oleada de emociones extrañas, bañadas de sensaciones de asombro que no les relataban la forma adecuada para festejar. Tras 1 955 minutos, los goles salieron nuevamente a la luz, después de haberlos ocultado en un sitio que había desaparecido junto a los de la BUAP.

Entre emociones dubitativas y sensaciones inexpresivas, la afición dudaba de cómo festejar, de cómo apoyar. Poco a poco fueron aumentado los reflejos de felicidad, poco a poco la alegría profesaba destellos de un triunfo; pero, justo cuando la afición ya se había convencido del momentáneo '0-1', cayó el empate.

Fuera de ahí, no hubo nada. No hubo mucho por presenciar. El resumen del encuentro se refleja en veintidós antagonistas pretextados que, por falta de concentración o por falta de ideas, no estuvieron a la altura de un triunfo. No, ninguno se hizo acreedor o merecedor de una victoria.

Ahora el presente es distinto: el rival volará a enfrentar una justa mundial a nivel de clubes, mientras que Necaxa volará a Aguascalientes, pero a enfrentar una alforja de tinieblas, de las que aún no descubren cómo salir.