Los Rojinegros del Atlas y el Mazatlán FC no entregaron un espectáculo lamentable. Los locales se conformaron con el empate y jamás propusieron el ataque. Mientras que Atlas lo intentó y buscó el partido, pero la falta de calidad de sus jugadores les limitó tener una buena actuación.

Desde el comienzo del partido, Atlas fue quien tomó la iniciativa del encuentro, con más posesión de balón, juego controlado y un poco de llegada, aunque nada claro, salvo un tiro sorpresivo de Jairo Torres, el cual se fue por un lado del marco sinaloense. Mientras que Mazatlán cedió, se le vio cómodo atrás, con poco riesgo y siendo un equipo reactivo.

El partido mantuvo la misma tónica durante los primeros 30 minutos, y cada vez se volvía más tenso y sin opciones del gol, Renato Ibarra despertó a los asistentes con un tiro potente de media distancia, el cuál fue bien desviado por el joven arquero mazatleco.

Sin embargo, el juego se atascó. Atlas lo intentó, pero si creatividad ni profundidad, no logró inquietar el marco rival. Y de Mazatlán, ni hablar. Ni siquiera lo intentaron, nunca pudieron ir al frente con balón controlado. Así con pocas inquietudes, el juego terminó en su primera mitad, con un espantoso 0 a 0.

Apenas al comienzo de la segunda parte, Atlas estuvo cerca de abrir el marcador, luego de un tiro de esquina, y un rebote al límite del área grande, Jéremy Márquez la prendió de primera buscando la base del poste izquierdo, el cual se fue apenas rosando el poste.

Atlas se adueñó del esférico, se sitió en el campo de Mazatlán y tocó el balón de lado a lado, pero nunca hacía el frente. Cada que los Rojinegros pasaban de mediocampo había cortocircuito. Nadie se atrevió a mandar un buen centro, filtrar un balón o tan siquiera hacer un drible.

Hasta el 91’ hubo una jugada de peligro real, cuando Bryan Trejo se animó a encarar, se perfiló y sacó un potente disparo que se estrelló en el travesaño, tras una ligera desviada del arquero Rodríguez. Pero el juego terminó sin goles ni emociones, con un empate insaboro.