Mucho se ha hablado durante todo lo que va de la semana en torno a la batalla campal en el Estadio Luis 'Pirata' Fuente del puerto de Veracruz entre aficionados de los Tiburones Rojos y los Tigres. Ya salieron a luz todo tipo de videos tomados desde celulares, cámaras profesionales y lo que pudiera entenderse como las de vigilancia en el interior del Estadio, pero ¿qué le pasa a la Federación Mexicana de Futbol que no castiga a nadie?

Más allá de que el operativo de seguridad que tanto presume el Club Tiburones Rojos por medio de su página oficial previo a los juegos de local se vio rebasado plenamente, los videos, la mala reputación y la zona donde se ubicó la barra del equipo visitante (donde se dio la trifulca) apunta que los incitadores a la gresca fueron los seguidores felinos, mientras que los escualos que estaban alrededor se replegaron hacia atrás en medio de una lluvia de vasos y cerveza de ambos lados.

En todo esto y tras la llegada de los barristas porteños para “defender” (como si de verdad fueran unos héroes) y atacar a los muy pocos de la barra norteña que se quedaron para “recibir” a los seguidores escualos, se dio la batalla campal donde las imágenes suficientemente publicadas han dado cuenta de ello.

Pero me parece que Federación tiene miedo. El veto al Estadio Luis de la Fuente parece inminente pero el atraso de su anuncio hasta la hora de la redacción de esta columna denota sospechosismo en cantidad y argumento.

No podemos dejar a un lado que la directiva de Tigres ha invertido muy fuerte en su equipo y, por ende, en el beneficio a la Liga MX. Traer al francés André-Pierre Gignac es un lujo que ningún otro equipo se ha dado hasta el momento. Antes lo fue Ronaldinho pero no rindió como se esperaba.

La directiva felina también trajo a Eduardo Vargas, un chileno de renombre al menos en su país y que se ha convertido en uno de los favoritos de la selcción andina, bicampeona continental, por si fuera poco.

Los regios estuvieron en la última final disputada por un equipo mexicano en Copa Libertadores. Sí, da la impresión que tenían para más pero ahí estuvieron. Actualmente están en la etapa final de la Copa de Campeones de Concacaf con seria oportunidad de ir al Mundial de Clubes, a exponer sus grandes jugadores y futbol.

¿A dónde quiero llegar con todo esto? A que, para mí, la Federación no quiere multar ni castigar a Tigres. La Federación se tarda porque los videos son claros de quienes incitan a la violencia en un inicio, los antecedentes en diversos Estadios del país indican quienes están propensos a generar batallas campales, pero el peso de la directiva regiomontana es suficiente para buscarle una salida “salomónica” (como si existiera) al asunto.

Tigres tiene los argumentos expuestos arriba para presionar que su afición pueda viajar a cualquier Estadio sin que sean rechazados, puede presionar para que no sean castigados de ninguna manera en cuanto a su Director Técnico, Ricardo Ferreti, perdiendo el control y amenazando a la afición veracruzana, puede presionar para que el deseo de la estrella francesa, “que se vayan a Segunda”, no sea tomado como agresión.

La Federación Mexicana de Futbol no quiere castigar a Tiburones Rojos porque va contra sus intereses de multar, de una forma u otra, a los Tigres.

Botepronto: El fabuloso dueño de la franquicia de Tiburones Rojos, quien ya no sabe ni por dónde le llegan los guamazos, ahora es multado por el ayuntamiento de Boca del Río. Y responde como siempre, chantajea con llevarse al equipo del estado. Lo reto a que lo haga.