Atlas se encuentra ubicado actualmente en la posición número seis de la tabla general, ya ha pasado poco más de medio torneo y para sorpresa de propios y extraños, siguen pelando por un boleto a la liguilla. Su pasar en las primeras jornadas si bien fue incierto, cada vez se nota más sólido, y gracias que ha sabido aprovechar los momentos de los partidos, hoy está dentro de la fiesta grande. Mucho de ello se lo deben a su refuerzo estrella, el chavo.

Gustavo Matías Alustiza, de 32 años de edad, llegó de sorpresa al equipo, pues ni siquiera el propio jugador se había enterado hasta que lo vio en redes sociales. Inesperado para el jugador pero todo lo contrario para la afición, quienes se encontraban sedientos de que por fin la directiva no defraude en la contratación de jugadores, que en los últimos años ha sido reprobable.

Foto:Deportesterra
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La buena racha que vive el equipo se le podría atribuir casi por completo al atacante rojinegro. En los últimos dos encuentros, cuando los rojinegros no encontraban el camino para hacerse del partido, entró para la parte complementaria, y en ambos le bastaron menos de dos minutos para inaugurar el marcador y poner al frente a su equipo.

Pero Alustiza no es solo goles, desde que entra al terreno de juego, intimida al rival, los preocupa, emociona a la afición, suma presencia ofensiva, se vuelve el cerebro en ataque, otorga a los zorros de chispazos de grandeza y se saben peligrosos en cualquier minuto. 

Foto: Televisa
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Es por eso mismo, por todo lo que significa su presencia en el campo, que se le exige más que a nadie. No puede entrar al campo y darlo todo, la afición ya lo adora. No puede entrar a caminar, el equipo lo necesita. No puede no intentar algo diferente, cuando su director técnico lo mete justamente para eso. Matías Alustiza puede jugar a un nivel diferente que el de todos sus compañeros e incluso sus rivales, es por esa razón que no se le puede pedir lo menos.

En Atlas, el hombre que los hace soñar lleva puesta la playera número once, y si no responde, saben que el equipo tampoco lo hará.