Se acerca la octava fecha de actividad en el torneo Clausura 2017 de la Liga Bancomer MX y en Chivas no se podría vivir un mejor momento que el actual; ganar los dos clásicos del semestre, aunado al subliderato actual al acumular 14 unidades en lo que va del certamen, además de ser punteros de la Copa Corona MX.

El siguiente paso sin embargo no se antoja sencillo, pues El Rebaño Sagrado debe visitar una aduana que se le complica desde hace un tiempo: El Estadio Víctor Manuel Reyna, la casa de Jaguares de Chiapas que luego de la derrota a manos de Puebla necesita volver la victoria sin importar la forma en que sea, con tal de no perder camino en la batalla porcentual.

Para profundizar un tanto más acerca de la importancia que tiene este encuentro para los de Matías Almeyda, es necesario retornarnos unos años en el pasado, hasta el 2006, cuando el país pasaba por pleno cambio presidencial y el mundo temía a otro de los tantos finales del mundo que no se concretaría. Bajo ese contexto vivimos la última vez que los ‘Rojiamarillos’ derrotaron a los chiapanecos en condición de visitante.

Sucedió el 7 de mayo, en un enfrentamiento de liguilla dentro de la celebración de 100 años del equipo más popular del país, luego de una ida que obligaba a los de Guadalajara a ganar por dos goles de diferencia en la vuelta y sí, hablo del conocido Milagro del Centenario, que culminó con una voltereta en los minutos finales con un tanto de Johnny García. Una de las más historias más épicas en tiempos recientes es el último recuerdo feliz que se tiene en Tuxtla Gutiérrez, eso ya es un problema, en especial si consideramos entonces que, desde el regreso de Jaguares tras la compra de Querétaro, no ha habido un solo triunfo de los tapatíos cuando son recibidos allá.

Ciertamente no hablamos de un cotejo vital; perdiendo no se acaban las ilusiones de llegar a la ronda final, el descenso ya no es cercano y tampoco peligra el puesto o credibilidad del ‘Pelado’, no obstante, toma relevancia en un aspecto que comentamos al inicio del campeonato: mostrar avances. Una de las más grandes metas que se han trazado, aun cuando el argentino se sujeta a decir que tienen procesos por cumplir, es ganar el título, externando una mejora desde que el proyecto inició, una madurez en cuanto a los jugadores y técnico. Aprovechar la presión que invade al oponente para sacar la ventaja definitiva al final de los 90 minutos.

Es momento de dar golpes de autoridad que denoten el trabajo realizado, que ha terminado de cuajar en una ideología de juego clara que se mezcla con una visión diferente del panorama en verde valle; llegó la hora de quitarse el dominio en el Zoque, recordar lo que es ganar las tres unidades en tal inmueble para mostrar a la gente que el proyecto viene enserio, que los años más oscuros, de suplicio, ya pasaron y es hora de hablar de un equipo con aspiraciones grandes otra vez.

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