Ni la caravana hecha por su afición, ni la muy alta expectativa que se tenía, sirvió para que la historia fuera positiva. El León cayó y de fea forma, 3 goles por cero, ante Atlas, con su gente y en el Nou Camp, en el arranque del Apertura 2017. Los fantasmas de malos inicios renacen.

Muy rápido se fue al frente el conjunto dirigido por José Guadalupe Cruz, y es que gracias a su intensidad, Juan Pablo Vigón metió cabezazo al 5’ ganándole por arriba a Diego Novaretti. El atlista le dijo que ‘sí’ a la redonda y la clavó en la red del costado de la meta leonesa. Un mal sabor de boca aparecía en la gente con el gol aún ‘de vestidor’.

Poco más de la mitad del primer lapso fue para los Rojinegros, que eran amos y señores del trámite. Centro por izquierda, por derecha y otro disparo más de Alustiza al larguero, pusieron a sudar a la Fiera, que poco podía hacer y se mostraba un poco inoperante a la hora de intentar atacar. Muchas imprecisiones eran el predominante del lado verde.

Con un Ramos motivado sobre el final y ‘Rafa’ Márquez mostrando la calidad que lo caracteriza, en un par de jugadas claves donde los Esmeraldas acechaban, el descanso llegó dejando la ventaja para la visita, que obligó a Javier Torrente a modificar y hacer ingresar a Maxi Cerato para el complemento.

Parecía que la historia estaba escrita a favor del Atlas, y es que luego después de una falla increíble de Boselli, cayó el segundo en la pizarra al 58’. Matías Alustiza, el eterno enemigo de la Fiera, concretó un penal que cometió Diego Novaretti, quien se ganó la tarjeta roja y la rechifla de la gente, que no le perdona haberse perdido 13 de 17 jornadas del torneo pasado por indisciplina.

Instantes después, y tras una serie de rebotes, Milton Caraglio hizo la suya en un mano a mano frente a Yarbrough al 64’; jugada llena de polémica, y es que parecía que el silbante había marcado una infracción previa. La molestia en la gente que llenó prácticamente todo el Nou Camp era evidente, al grado de escucharse en algunas zonas el “Fuera Torrente”.

Ingresos de Montes y Pereyra fueron realizados a fin de darle una nueva cara al local, al menos para que se pudiese acortar distancia y evitar el ridículo en su primer cotejo del campeonato, aunque de poco sirvió, ya que el marcador no se movió más. El León cayó y por goleada en su casa y con su gente, con los fantasmas del semestre anterior más vivos que nunca y con muchas dudas, ante un Atlas que supo manejar el encuentro y sacó tres puntos valiosísimos.