Cuentan los que saben de leyendas que cuando Morelia aún era Atlético, en la era de los pagos en especie a futbolistas, la era lejos de la inflación de jugadores y precios, la era de Nicandro Ortiz, aquél empresario cerraba la fábrica para que todos sus empleados pudieran ir a apoyar al Morelia.

Parece que la historia da vueltas, Monarcas firmó el #PactoMonarcas, un proyecto para que las empresas apoyen a sus empleados a ir al estadio Morelos en día de partido, como en los tiempos románticos de Nicandro Ortiz.

Y es que Monarcas por fin dejará atrás uno de los capítulos más negros de su historia, donde se quedaron a unos cuantos números del Ascenso MX, pero cuando su afición más cerca podía estar con ellos, se hizo una ruptura muy fuerte que hace necesario el pacto, el cambio de horario.

Luego de un torneo con estadios casi llenos, la gente metida a tope y muchas dinámicas de apoyo al equipo, Monarcas regresó al horario en que comenzaron su camino al sufrimiento por la permanencia, ese donde el estadio estaba vacío, sin apoyo, triste.

Parece que no hay razones para mover al equipo de hora, no en una ciudad donde la mayoría de la afición trabajo en horarios de oficina, muchos fuera de la ciudad y otros más sumergidos en horarios de escuela que no les dejarán ir a ver a su equipo. 

Habría que preguntar a Grupo Salinas si a la televisora le sirve el cambio, pues recordemos que uno de los incentivos que tiene Azteca, según la Liga, es que televisora y equipos trabajan de manera autónoma, es decir, cada uno genera sus recursos de forma independiente.

Así pues parece que la historia se vuelve un espiral, otra vez al horario del viernes, otra vez al tiempo de cerrar las fábricas para ir al estadio, y por desgracia, sólo el tiempo nos dirá si esto no afecta para que se regrese al tiempo en que Monarcas tendrá que ser buscado en la parte baja de la tabla.