En los últimos campeonatos, los Tuzos han hecho del Estadio Hidalgo una fortaleza, donde no pierden como local desde el 14 de noviembre del 2015. Desde entonces, Pachuca ha disputado 28 partidos de Liga y Liguilla en el Estadio Hidalgo, registrando 17 victorias y 11 empates.

Ese día de su última derrota, cayó ante Cruz Azul en un compromiso de la jornada 16 de la Liga MX, el marcador final fue de 2-1 a favor de los celestes.

Gran parte de esta racha se traduce en una gran zaga defensiva, han recibido 17 goles en estos últimos 28 encuentros como local, resaltando que no les han encajado en los siete partidos de la presente campaña.

La seguridad y liderazgo en la portería con Óscar Pérez, acompañado de los extranjeros de experiencia en la última línea, Omar González y Óscar Murillo en conjunto con los nacionales Raúl López y Érick Aguirre, hacen de este equipo un muro defensivo que es un dolor de cabeza para los contrincantes.

Un equipo no puede ganar si no anota goles, y Pachuca ha anotado 49 tantos a lo largo de esta buena racha. El equilibrio ofensivo de este equipo es grandioso, con Jonathan Urretaviscaya siendo un ataque constante gracias a su equilibrio por la banda derecha, Hirving Lozano hace lo propio con y sin el balón, añadiendo la capacidad goleadora de Franco Jara.

La afición también forma parte de esta racha con buenas entradas en el Estadio Hidalgo que acompañan el buen futbol de los Tuzos, los aficionados dejan la garganta en la tribuna con cantos para apoyar a los suyos y meter presión al rival o al árbitro.

Con paciencia en un proceso, un buen manejo de las fuerzas básicas y adecuada selección de extranjeros, Pachuca ha demostrado lo que es ser un equipo regular como local y en el futbol mexicano en general, siendo candidato en cada torneo en el que participa.