Estando matemáticamente fuera de liguilla desde la jornada pasada, el Puebla volverá a la cancha del Estadio Cuauhtémoc para afrontar su último partido del año. Y aunque, dependiendo de los resultados que se den en otros frentes, Universidad Nacional, su rival en turno, será el verdaderamente obligado al triunfo, individualmente, habrá algunos elementos del plantel camotero, con la particular encomienda de mostrar su mejor cara, en caso de querer convencer al cuerpo técnico y directiva de su valía en el equipo. Ahí, al final de cuentas, recaerá la mayor importancia de los últimos 90 minutos que La Franja disputará en el presente campeonato.

Más allá de que algunas decisiones directivas no suelan ser del agrado total de un importante sector de la afición, algo que sí se puede reconocer de la gestión presente, es el paulatino incremento en la calidad del plantel con el que cuenta Puebla. Es cierto, éste sigue sin ser presumible en su totalidad, sobre todo entendiendo que la cuota de cartas con las que se cuentan sigue siendo poca y que, si se compara con cierta parcialidad de los participantes en la Liga MX –por ejemplo: Monterrey, Tigres o América–, aún hay una brecha grande. No obstante, si se evalúa el último (y trágicamente memorable) plantel que dejó Ricardo Henaine y se le pondera con éste del presente, el salto de calidad es abismal.

El objetivo, en este caso, no es enlistar la ‘pobreza’ en materia prima con la que contaba ese equipo del Apertura 2012. Sin embargo, si se hace un breve repaso, salvo DaMarcus Beasley, Matías Alustiza y Diego de Buen (haciendo mención honorífica a Alexandro ‘Mostro’ Álvarez que ya comenzaba a presentar baja en su rendimiento), ese equipo, aun con la crudeza con la que pueda sonar, era de pesadilla. Tan malo era que, los 13 puntos que consiguió, parecían ser hasta benévolos.

A partir de ahí, incluso con varios jugadores que siguieron dejando dudas grandes con respecto a su valía, la realidad dicta que Puebla sí ha sido capaz de forjar equipos que aspiren a más. El equipo de Pablo Marini que entró a la liguilla fue muestra de ello, y, ahora, el de Ricardo Valiño, estuvo cerca de dejar poco lugar a dudas en la confirmación de lo mismo. Alustiza siguió constante (salvo el semestre que salió a Pachuca) en el once titular, pero ahora está acompañado por jugadores con la calidad de Cristian Campestrini, Robert Herrera, Damián Escudero, David Toledo, Carlos Orrantía, Jerónimo Amione… y una serie de jugadores más que se podrían nombrar que, de alguna forma, ya han demostrado que, si manifiestan su mejor nivel, la barrera de los 20 puntos que al fin Puebla está superando con constancia, ahora puede incrementar a –mínimo– los 23 que lleven al equipo a pensar más en la tabla de arriba cada torneo y no en la de abajo.

Se viene la depuración

Entones, es hora del último paso previo a la depuración. Y aunque, de antemano se sabe que el receso invernal no es tan activo como el veraniego, a los jugadores mencionados unas líneas atrás, esperaríamos que se les sumaran otros, porque definitivamente hay materia para que Puebla logre mejores cosas en el futuro cercano.

Sabemos del talento de Christian Bermúdez. Álvaro Navarro (tan criticado por un gran sector de la afición en el que me incluyo) fue un delantero suplente de 6 goles. La media de contención parece poder esperar otra nueva época de calidad de Francisco Torres y también confirmar que Pablo Míguez es un jugador muy rentable para la Liga MX. Y a ellos, probablemente, se les agreguen varios jugadores más que, ante UNAM, deberían buscar mostrar una versión como la que les permitió abrirse brecha entre un equipo profesional de Primera División.

Entonces, para saborear este partido que, en el papel, poca sazón tenía, esperemos la mejor cara de los 11 jugadores (más suplentes) que se presenten al campo por el equipo blanquiazul este domingo. Quizá encontremos alguna sorpresa; quizá veamos el resurgir de alguno o la definitiva despedida de otros.

Al final, lo más importante, será despedir a nuestro Puebla del torneo. Y, si los jugadores salen con el compromiso que se espera y se cuenta con una noche mágica como alguna de la que el equipo, capaz que hasta nos encontramos con que La Franja terminó con la nada despreciable cantidad de 23 puntos… Esos que ya harían pensar que, la siguiente parada, para torneos venideros, no debería ser otra más que la de la liguilla. 

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