En textos anteriores he manifestado mi descontento por aquellos aficionados que no entienden que el deporte, en este caso el futbol, es mero entretenimiento y no pasa de ahí.

El capítulo de esta semana entre aficionados a Pumas y los propios jugadores se me hace digno de un análisis hacia dónde van las aficiones del futbol mexicano. Los tienen checados, saben su rendimiento dentro del campo, la cantidad de goles y asistencias y una serie de argumentos numéricos con los cuales demuestran el seguimiento que les dan y su actuación en favor de sus colores, pero hay frases que me llaman la atención:

“¿Sabes cuánto me he gastado en este semestre (inaudible)? 50 mil varos, wey”- se escucha un aficionado en el video- ajá, ¿y luego? ¿En verdad usted aficionado cree que a los futbolistas les importa cuánto dinero gastan en una ida al estadio? Yo creo que son los menos. La responsabilidad del aficionado es alentar, apoyar, donde les den sus posibilidades y donde crean que es seguro. Yo me pregunto, ¿por qué reclamarle a un jugador cuánto has gastado en apoyar a tu equipo? ¿En verdad crees que es su responsabilidad “hacer rendir tu inversión”? porque lo dice como si estuviera invirtiendo dinero en un negocio y éste no da dividendos. No se vayan por otro lado, claro que da coraje gastar la cantidad de dinero y que tu equipo pierda o de plano no se entregue en la cancha; sin embargo, de eso a sacarle el de lo que has gastado en los juegos, es tonto. Acabaría diciendo: “¿y a mí qué?”.

“Nosotros nos rifamos la madre con ellos en su cancha, nos han roto la madre y también les hemos ganado, allá. Y ustedes como equipo nos han quedado a deber”- se vuelve a oír en el video- ¿En serio están presumiendo que ganan o pierden en la grada a punta de fregadazos? ¿Realmente están justificando cómo se lían a golpes en los estadios, en sus inmediaciones o incluso en las carreteras sólo porque traen un color diferente al de Pumas? Mi cabeza no entiende, a lo mejor “no tengo pasión” por mi equipo, que puedas inferir que la tribuna es mejor que los once que juegan en la cancha porque ellos sí “se rompen la madre” contra otros aficionados. Eso ni debería existir. Eso es penado con multas administrativas dependiendo de la región de nuestro país en la que se dé el caso ¿cómo funciona ser aficionado de este tipo?

Sé de aquellas cosas como gritar un gol con euforia, reclamarle desde la tribuna o frente al televisor a los jugadores de tus colores, mentársela al árbitro o incluso llorar de alegría o tristeza, pero jamás de encarar a un jugador para que sienta la presión. No le veo el chiste porque al final de cuentas está en mí que ese equipo y ese jugador se vaya de la institución ¿cómo? No consumas sus productos y no vayas al estadio. El encarar y demás cosas son innecesarias y al contrario, solo exponen más la crisis que hay sin ayudar a salir de ella.

Préndela así, de volea.