Es verdad que la historia de Pumas de la UNAM no se forjó con un hombre hecho en "Cantera" para subirlos a Primera División. Octavio Vial, quien también fuera identificado como una figura de las Águilas del América, fue el hombre que le dio gloria al Club Universidad para subir en aquel 9 de enero de 1962. Pero después de ello, las glorias se las han colgado elementos que se han forjado dentro de la institución, tanto como jugador y entrenador.
El primer gran exponente de esta filosofía fue Velibor "Bora" Milutinovic. Aprendió rápido de Arpad Fekete, quien le diera el primer título oficial al equipo en la Copa de 1975 y supo absorber los preceptos que, una década atrás, había instalado Renato Cesarini con la filosofía de trabajar con los jóvenes.
La absorción de conocimientos en Bora lo llevó a tomar al equipo en 1977 y conformar una conjunción de jugadores mexicanos jóvenes con extranjeros de calidad y veteranos con mucho talento para hacerlos campeones en la 80-81. Este camino también lo retomó Mario Velarde, quien también fuera un canterano destacado en los primeros años de profesionalidad y que llevó al equipo a dos finales en la década de los 80, aunque ninguna se pudo ganar.
Fue Miguel Mejía Barón, otro de los hijos pródigos de Fekete, quien sacudió el árbol y volvió a ser triunfador en la 90-91. Con el 75% de efectividad en esa temporada, y gente como Luis García, David Patiño y Ricardo 'Tuca' Ferretti por fin le arrebataron la gloria del campeonato a su odiado rival: América.
Esta combinación de ser exitoso siendo jugador y entrenador no siempre se ha dado como uno quisiera. Nombres como Luis Flores, Pablo Luna, Miguel España y Rafael Amador no pudieron ser lo que todos esperaban. Pero tres nombres más pondrían el sello a esta gran características de canteranos universitarios hechos técnicos.
Hugo Sánchez es el alumno más avanzado de la lista. En dos etapas con los del Pedregal pudo ganar un bicampeonato, un campeón de campeones y puso el prestigio auriazul en alto por todo el mundo al ganar la Copa Santiago Bernabéu entre el 2000 y el 2005.
En una segunda etapa, el 'Tuca' Ferretti recuperó la esencia perdida en un lapso corto de tiempo del equipo y logró un ansiado campeonato en el Clausura 2009. Su auxiliar, Guillermo Vázquez, también supo aprovechar el tiempo con el brasileño y armó otro grupo de ensueño que alzó el título en el Clausura 2011. Con una segunda oportunidad, llegó a un subcampeonato en el Apertura 2015 y logró hacer una buena Copa Libertadores un año después.
En la actualidad, el fracaso de los dos torneos anteriores urgieron que otra figura forjada en el club tuviera que tomar el banquillo. David Patiño, campeón con Mejía Barón en la 90-91 y con el escudo grabado en su pecho, tiene la oportunidad de seguir un linaje importante. Aunque es precipitado decirlo a inicios de este Clausura 2018, quizá el gran 'Pato' repetiría esta historia de una cantera que no es solo de futbolistas, sino de líderes en la táctica.