Partido lleno de contrastes: el local vestía de blanco y luchaba por alcanzar a América en puntos para posicionarse en la segunda posición de la tabla general; la visita vestía de negro y peleaba por dejar el fondo de la tabla. Después de escuchar el himno nacional mexicano, y de leer en la pantalla del Estadio Olímpico la frase “¡Fuera narcos de la UNAM!” los 22 hombres estaban listos para jugar.

El termómetro marcaba 20 grados, pero la sensación era de más calor. César Arturo Ramos Palazuelos silbó y el balón rodó. El rumbo del encuentro lo marcó Pumas desde el primer minuto de acciones, pues Alustiza ya había avisado con un tiro que salió desviado. Sin embargo, sólo 120 segundos después, Nicolás Castillo marcó el primer gol del encuentro. El mismo chileno comenzó la jugada al robar un balón en el primer tercio de terreno rojiblanco; el esférico pasó a los pies de Barrea quien trianguló con Alustiza para quedar frente a Cota, el cual realizó un gran achique para evitar el tanto del mexicano, pero el rebote cayó al camiseta número 30 quien sólo empujó el balón para anotar su sexto tanto en la campaña.

Los 17 minutos que procedieron al gol, fueron de gran ritmo. El solo no evitaba que Chivas llegara a la portería auriazul, pero el balón no iba a gol y la defensa local resolvía antes de que les empataran. Poco era el tiempo que se jugaba en la mitad de cancha visitante; sin embargo, las acciones más peligrosas se dieron ahí. Alustiza pudo incrementar la ventaja dos veces: la primera, al minuto 23 con un tiro raso que Cota desvió para que éste pegara en la base del poste izquierdo y regresara a la manos del guardameta; la segunda, un minuto después con un cabezazo cerca del área chica que el meta de Chivas controló fácilmente.

Según datos de SofaScore, Chivas tuvo el 64 por ciento de la posición del balón. Además, tuvieron 9 tiros, uno más que Pumas. Sin embargo, de esa cantidad, sólo uno fue a portería; Pumas tiró ocho veces y cinco fueron a gol. El sol terminó por hacer que ambas escuadras dejaran de correr como en los primeros 20 minutos. El esférico bailaba entre botines tratando de llegar a la red, pero jamás estuvo cerca. Con ello la primera mitad llegó a su fin.

Quince minutos después, tanto David Patiño como Matías Almeyda movieron a sus hombres para buscar anotar goles. Durante los primeros diez minutos de la segunda mitad, ambos equipos corrieron como al inició del partido. Al 52 de acciones, Pizarro bailó a la defensa de Pumas: el jugador rojiblanco llegó a línea de fondo mientras escondía el balón ante más de 15 pies que trataban de golpearlo para alejarlo.

Después de eso, sólo el sudor en la camiseta de los jugadores era lo que aparecía. Mucho trabajo en medio campo y nada para los arqueros… hasta el minuto 66. En un centro por la banda derecha visitante, y mientras el balón volaba, Arribas “empujó” a Godínez, quien había entrado de cambio, para que el árbitro marcara penal. A discusión está si era o no, pero si fuera por merecimientos, las rojiblancas yes debían tener un gol. Saldívar sobre la línea bailaba y con el brazo izquierdo señalaba el lugar donde quería que Oswaldo Alanís cobrara. Al final, el arquero se aventó a su lado derecho mientras el esférico viajaba al izquierdo. Gol de Chivas y empate momentáneo.

El gol no despertó a Pumas. Los dirigidos por Patiño seguían jugando al contragolpe. Por su parte, los tapatíos llegaban con facilidad al área grande auriazul, pero no lograban tirar a poteria. Quedaban cinco minutos en el reloj y la posibilidad de ver otro gol se reducía. Pero justo al minuto 86 el árbitro marca penal y es que Saldívar salió a tratar de cortar un centro, pero jamás llegó al balón y éste impactó en la mano derecha de Quintana, quien saltó con el brazo derecho señalando al cielo.

Antes de que el tiro se cobrara, el árbitro expulsó a Arribas por decirle algo. No fue doble amarilla, fue rija directa. Una vez que el español estaba fuera del campo, Alanís de disponía a volver a cobrar su tercer penalti de la campaña; Saldívar ya no señaló el lugar donde quería el balón, pero bailó sobre toda la línea de gol para poner nervioso al cobrador… y lo logró. El defensa de Chivas eligió el mismo lado para cobrar su segundo penal del partido, pero lo voló.

Una vez el balón en el cielo, el reloj ya marcaba tres minutos de compensación en los que nada pasó. Empate entre dos de los cuatro grandes del futbol mexicano. Chivas terminó con 17 tiros totales, y sólo cuatro a puerta; Pumas hizo 13 disparos de los cuales, siete fueron a gol. Al final, ni Pumas alcanzó a América, ni Chivas dejó el fondo de la tabla.