Tranquilo, sereno y hasta un poco tímido fue como llegó Stefan Medina a su presentación oficial como jugador del Club de Fútbol Monterrey hace ya algunos meses. Sorprendido por la cantidad de personas que se acumularon aquel día en el salón del Hotel Camino Real situado en San Pedro Garza García fue cuando empezó a darse cuenta que no venía a cualquier equipo, mucho menos a cualquier ciudad, él, un poco fastidiado por el asiduo de las cámaras que no se cansaban de flashear su rostro una y otra vez comenzaba a presentir que Monterrey no era una ciudad más en la cual el fútbol daba igual, no, aquel día Stefan se dio cuenta que Monterrey tal vez sería la ciudad más pasional en cuanto a fútbol se refiere en la que probablemente se iba a situar.

No le gustaban los reflectores, eso estaba claro, de hecho, cuando se anunció su contratación al equipo albiazul hubo más incertidumbre que algarabía, puesto que casi nadie lo conocía y tampoco sabían el nivel que podía mostrar un tipo que apenas iba a cumplir 22 años y más aparte que llegaba lesionado. No quedó otra opción más que esperar para ver cómo se desempeñaba dentro del campo para evaluarlo.

Seis jornadas después, ese chico tímido al que no le gusta el acoso de la prensa y carga con una melena peculiar nos ha demostrado el porqué no le gustan los micrófonos ni las cámaras, ni nada que tenga ver con los medios de comunicación ya que él solamente se ha dedicado, desde que llegó a tierras regiomontanas, a hablar dentro del pasto verde.

Inteligencia, compromiso táctico, visión, alerta, salto, colocación, entradas, recorrido… Medina ha demostrado en el poco tiempo que lleva vistiendo la camiseta de Rayados que tiene argumentos y cualidades no sólo para destacar en México, si no en cualquier fútbol del mundo entero.

Cuando se llega la hora de pisar un campo de fútbol, Stefan muestra que es de buenas maneras, que la cantera del Atlético Nacional lo educó bien, en todos los aspectos, puesto que los fundamentos que muestra tanto fuera como dentro de la cancha son muy correctos y más por lo joven que es, ya que muchas promesas se pierden en el ocaso y jamás regresan de ahí. Este chico se ve que es diferente al resto.

Stefan Medina es una joya que aún debe ser pulida, pero que va, hasta ahora, a paso firme. Comete errores, como cualquier ser humano que habita en esta Tierra, pero cuando los comete, se castiga y el ímpetu que muestra para lavarlos es impresionante y eso lo demostró no hace mucho, de hecho fue en su último partido disputado, cuando cerca del final un error de concentración de él mismo casi le cuesta a su equipo la victoria, pero la recuperación que tuvo para robarle la pelota al jugador rival unos segundos después fue realmente maravillosa. 

Por ahora, la presentación del colombiano en el fútbol mexicano ha sido buena, con bastantes credenciales para poder mirar hacia un extraordinario futuro, no sólo para el Monterrey, si no para él mismo como jugador profesional de fútbol. Ese es Stefan Medina, un chico tal vez introvertido fuera de los terrenos de juego, pero que dentro de ellos es totalmente opuesto y se atreve siempre a intentar ser el mejor de todos.

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Sobre el autor
Carlos Iván Ramirez
Periodismo en la UANL de Monterrey Nuevo León. Redactor de Vavel.com