Luis de la Fuente y Hoyos, mejor conocido como el ‘Pirata’ es actualmente el máximo ídolo de los Tiburones Rojos de Veracruz, tal vez olvidado por las nuevas generaciones de aficionados escualos, pero siempre venerado y recordado gracias al estadio que lleva su nombre en el puerto de Veracruz.

Luis de la Fuente y Hoyos nació un 17 de Enero de 1914 en el puerto de Veracruz, el mayor de cinco hijos e hijo de Don Segundo de la Fuente Gónzalez y Doña Josefa y Hoyos Gónzalez. Desde pequeño mostró su pasión por el futbol, un deporte que iba en ascenso en el país muy a pesar de la situación que México vivía debido a la guerra de Revolución.

Su apodo, el ‘Pirata’ lo asumió debido a que siempre subía a los barcos que desembarcaban en el puerto jarocho para jugar en ellos, por lo que quienes lo conocían lo nombraron de esta manera.

En 1919 emigró a Santander, España con tan sólo cinco años para iniciar sus estudios de nivel primario; había quedado huérfano de padre. No pudo terminar la primaria en España, ya que regresaría a México cuando tenía trece años de edad y se iniciaría como futbolista en el España y Sporting Club de Veracruz.

Debuta en la Liga Mayor con el Aurrerá, anotaría en ese encuentro al Marte, su víctima sería el portero Oscar Bonfliglio, mundialista en el primer mundial FIFA de Uruguay 1930; con ese tanto su equipo ganaría dicho partido.

El ‘Pirata’ pasó después al Club España, donde obtendría un llamado a Selección Nacional. Con México jugó las eliminatorias para el mundial de 1934, mismas que lo llevarían a ser observado por el club español Racing de Santander que lo ficharía ganando la partida al Valencia que también lo pretendía. Era la segunda vez que estaría en España y el Viejo Continente, pero sólo sería por dos temporadas.

Regresó a México a jugar con el Club España en 1936 y sería traspasado al América un año después. Ya en 1939 llegaría al Atlético Corrales de Paraguay y jugaría también para el Vélez Sarsfield un año después; era indudablemente un futbolista con dotes extraordinarios, muy famoso y también muy pretendido por muchos equipos tanto del continente americano y Europa.

El 'Pirata' Fuente fue el primer mexicano en jugar en el extranjero, lo hizo en Europa y Sudamérica. Era altamente acechado y un sinfín de equipos deseaban tenerlo en sus filas. Los Tiburones Rojos tuvieran dicha fortuna.

Una vez más, el ‘Pirata’ regresaría a México con el Marte, equipo con el que consiguió su primer campeonato ya en la era del futbol profesional mexicano, corría la temporada 1942-43.

Su época de oro y momento cúspide para posicionarse como ídolo del futbol mexicano e internacional, fue con los Tiburones Rojos de Veracruz; en este club lograría dos campeonatos de liga en las temporadas 1945-46 y 1949-50, y anotaría 83 goles vistiendo la casaca de los escualos.

Destacó también con la Selección Mexicana, con la cual jugó desde 1934 hasta 1950 y mundialista en su primer año con ‘la verde’.

Luis de la Fuente y Hoyos ‘El Pirata’ era considerado por sus contemporáneos un futbolista fuera de serie, adelantado a su época e inclusive era comparado con Pelé y Di Stefano. Era conocido por su singular remate de cabeza y temido por sus adversarios cuando dominaba el balón, su disparo era efectivo con ambas piernas; había nacido para el futbol.

Se retiró oficialmente el 13 de Junio de 1954 en un partido de homenaje entre el Veracruz y el Atlante, pero seguiría su carrera como director técnico.

Murió el 28 de Mayo de 1972 por una congestión arterial en la pierna derecha a la edad de 57 años; sus restos descansan mirando frente al actual estadio de los Tiburones Rojos con quienes mantendría un vínculo más allá de la vida. Aquel día una llama se apagaba, pero una leyenda se erigía y una estrella en el cielo aparecía, llevaba el nombre del ‘Pirata’.

El 17 de Marzo de 1967 se inauguraría el estadio de los Tiburones Rojos, que originalmente tenía el nombre de ‘Estadio Veracruz’ y que tomaría tiempo después el de Luis ‘Pirata’ Fuente’. El nombre de Luis de la Fuente y Hoyos ‘El pirata’ cobraba inmortalidad y pasaría a la posteridad como recuerdo para las generaciones futuras.

La leyenda vive, los hombres mayores aún cuentan la historia de Luis de la Fuente, aquel niño que hizo de su vida una aventura y que bien se merecía aquel sobrenombre que le habían asignado: ‘El Pirata’.

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