Hace más de un año todo era paz y felicidad en el cuadro de los Tiburones Rojos del Veracruz. Liguillas consecutivas, una Copa MX (que festejaron con todo y recorrido en turibús), autos rifados como método de motivación y muchas risas y asados en el puerto. Todo eso se acabó. Estaban Julio Furch, Juan Albín, Daniel Villalva y Gabriel Peñalba en su mejor momento en todo el tiempo que han pisado suelo azteca. Más Leobardo López haciendo pareja con Leiton Jiménez y un portero Édgar Meliton en su mejor nivel.

Parece que me remonto a muchos años atrás, pero fue apenas en el 2014. Se habla con nostalgia. El dueño de la franquicia de Liga MX parecía 'Rey Midas', había traído buenos jugadores extranjeros sin que nadie supiera de su existencia previa. Los conjuntó con el liderazgo de Carlos Reinoso y tuvieron buenos resultados, tan buenos que la afición se olvidó de pelear por no descender y buscar una estrella más en su escudo.

Hoy, como dice Emmanuel, “todo se derrumbó” y son los principales candidatos para perder la categoría. Una pésima planeación de la plantilla.

Se cuestionó desde este espacio la cantidad de jugadores que inscribió Tiburones Rojos para esta temporada, la gran mayoría de ellos extranjeros. Ni uno de ellos han llenado un espacio de forma contundente, es más, hasta el portero Pedro Gallesse, que parecía titular indiscutible ante las fallas de Melitón, se vio relegado a la banca durante un buen tiempo. Qué se puede decir de Eduardo Herrera y Javier 'Chuletita' Orozco que no suplen ni en lo más mínimo lo que hizo el argentino Furch en esas dos temporadas, quien también bajó de rendimiento y por eso se fue a Santos.

No obstante, el mayor síntoma de que nada está bien es la falta de claridad en la decisión de echar a Carlos Reinoso como timonel de los escualos. Y es que un comunicado informa que su hijo y Juan Antonio Cabezón Luna se harían cargo del primer equipo para dirigirlo mientras el chileno enfrenta una enfermedad. ¿Quién le cree eso? Y más cuando el mismo 'Maetro' cerró su cuenta de Twitter, esa red social que uno puede minimizar pero que para él era importante. Tenía constante actividad y retuiteaba los halagos hacia él, subía fotos de concentraciones del equipo, cuestiones personales y de familia, además de muchas cosas religiosas y filosóficas deseando el bien a todos. Pero si se había ido por cuestiones de salud, ¿por qué la cerró? Y mucho me temo que tiene que ver el reciente resultado del Veracruz ante Chivas y, peor aún, el del duelo directo del descenso entre Morelia y Puebla.

Después del resultado del partido del domingo a las 6 de la tarde, no se vio un tuit más del chileno. Solo deja una nube de incógnitas si de verdad no está detrás de su hijo y el 'Cabezón' dirigiendo a distancia. Lo que me queda claro es que está debajo del barco porque no tiene la cara para enfrentar a todos los tuiteros aficionados al Tiburón que le reclamarán este pésimo paso. El mismo paso que parece llevarlos a la tumba de la Liga de Ascenso.

Botepronto: Si usted ve la misma alineación de México en las eliminatorias que ante Chile en el 7-0, no se espante, tampoco tenemos más de donde jalar. Préndela así, de volea.