La selección Mexicana de Futbol se encuentra a poco de continuar con el camino mundialista con una notable diferencia del arranque pasado, pues inicio con 4 puntos habiendo ya pasado por dos de las aduanas que se antojan complicadas. El asunto es que aún quedan en puerta algunas preocupaciones manifestadas en las eliminatorias anteriores: jugar como local.

Empates como el de Jamaica, Estados Unidos, además del ‘Aztecazo’ ante Honduras, pusieron en riesgo el boleto para la Copa Mundial de Brasil 2014, llevando a instancias definitivas de repechaje para poder afrontar el torneo. Sin embargo, no solo ha pasado esto desde aquel entonces; los problemas de resultados tienen ya un tiempo, no siempre a manera de marcadores escandalosos, sino en partidos de los que se pudieron esperar goleadas y acabaron cerrados, como el 3-1 sobre Guyana, donde los visitantes acabaron festejando el gol que nadie esperaba.

Entendemos entonces que los rivales de COCACAF han progresado en distintos aspectos, por sobre todo en el mental, por lo que en su mayoría ya no se achican ante la idea de venir a jugar al Estadio Azteca, todo lo contrario, se presentan a sabiendas que un empate, victoria o una derrota en un juego o tanteador cerrado, lejos de hacerlos ver mal, los haría quedar bien y la presión va completamente para el bando de los tricolores, haciendo que en lo físico metan más, aunque sea para defender o reñirse con fuerza. Así que ya no pesa jugar en dicha sede.

Foto: Futbol Sapiens
Foto: Futbol Sapiens

Los resultados favorables o intimidar al rival es vital, pero suponiendo que la principal preocupación fuese más el lado económico, aprovechando el número de personas que se pueden dar cita en el ‘Coloso de Santa Úrsula’, tampoco está siendo tan redituable, considerando la baja en audiencias que está teniendo, ya sea por los resultados o falta de interés, jugar ahí ya no es imprescindible, considerando que hay inmuebles con infraestructura más moderna, que podrían albergar juegos del representativo nacional y donde la gente agradezca con su asistencia, pudiendo superar la media de 35 mil personas en la penúltima fase del proceso anterior.

Todo esto, combinado al hecho de que la generación europea que tanto se presume, se ve afectada de igual forma por la altura de la Ciudad de México, haciendo que en teoría se rinda menos por estar acostumbrados a jugar en el Viejo Continente, hacen que ya se vea permanecer en una única sede toda la eliminatoria luzca más como una necedad que una necesidad.

¿Miedo? ¿De qué? Ya no impones en cuanto a lo futbolístico o el aspecto mental, tus entradas no son redituables para la capacidad del estadio, los resultados no se dan y la altura de la ciudad te juega en contra hasta a ti, ¿por qué no dar la oportunidad al resto del país? Así como lo están haciendo países en Europa y algunas selecciones de la CONMEBOL, pudiendo fácilmente cambiar el lugar o irlo rotando para diferentes partes del territorio mexicano.

No queda garantizado que de realizar esto ya las cosas van a ser como antes o que vayas a avanzar caminando, mas tampoco existe razón para negarte a intentarlo, a final de cuentas es correr un riesgo que puede ser menor al que te llevas manteniendo al Azteca como única sede para esta clase de cotejos, cuando queda manifestado que la situación ya no pinta tan ventajosa. 

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