Fueron poco menos de dos días los que la Selección Mexicana estuvo en San Luis Potosí, llegó la fecha y el pasado jueves el reloj marcó las 18:30 horas, uno a uno comenzaron a descender del avión los integrantes del representativo mexicano ante cientos de aficionados presentes en el aeropuerto, mismos que corearon a sus ídolos mientras que otros más esperaron a las afueras del hotel de concentración ante un fuerte dispositivo de seguridad.

En uno de los salones de dicho hotel se llevaba a cabo la rueda de prensa previo al partido, misma en la que no se dejaron de escuchar los gritos de aliento para lograr que alguno de los seleccionados se asomaran aunque fuera por una ventana, hasta que alrededor de una hora más tarde lograron su cometido y abrieron las puertas de cristel del lugar de concentración, aunque no todos lograron su objetivo de conseguir la foto.

Horas más tarde la típica serenata no podía faltar con el cielito lindo a altas horas de la noche, pero eso no bast+o, ya en la mañana previa al partido a muy temprana hora ya estaba abarrotada la entrada del hotel, misma que no decayó en apoyo hasta que la Selección salió rumbo al Alfonso Lastras, lugar donde hasta los soldados y los integrantes de la Marina se acercaron a tomarles fotos, ya se vivía un auténtico ambiente a futbol.

La hora del partido llegó y minutos antes del encuentro las fuerzas armadas de México ya estaban listas en el césped del estadio potosino, junto a los caninos rescatistas, mismos que al hacer su aparición se llevaron la noche, en especial Frida, a quien no pararon de gritarle "olé, olé, olé, Frida, Frida", a la postre se entonó el cielito lindo para que se desplegara una hermosa bandera de México junto a nuestro Himno Nacional.

Llegó uno de los momentos más emotivos de la noche y con el puño en alto se guardó un minuto de silencio en honor a las víctimas del sismo del 19 de septiembre, mismo que engalanó Andrés Guardado al centro de la cancha para así hacer salir las lágrimas de uno que otro aficionado, marcando así un momento histórico.

El partido comenzó y ya en el segundo tiempo el estadio enmudeció con el gol de los trinitarios pero el apoyo no cesó y de inmediato se escuchó el "sí se puede", para que a la postre estallaran en júbilo con las anotaciones de Lozano, Hernández y Herrera, culinando así una noche de fiesta, sí, esa que solo el futbol te puede dar.