¿Y al final, qué queremos? Desde hace mucho tiempo dejé de ver el futbol como algo de vida o muerte, blanco o negro. Apoyar a mi equipo por ser el mejor de todos los tiempos y criticar a todos por ser menos que nosotros. No me malinterpreten, la pasión por los colores nunca se va, sólo asimilé que como todos los rubros de la vida, tiene sus matices, sus por qué y, sobre todo, las historias macabras que le quitan la limpieza al balón, aunque ya lo dijo Maradona: “la pelota no se mancha”.

Y viene a colación porque hay quienes se rasgan las vestiduras sobre la continuidad de Juan Carlos Osorio en la Selección Nacional. Más allá de si debe o no seguir, es una decisión que en muy pocas veces se le hace caso a la afición.

El técnico colombiano ya tiene su pase asegurado a Rusia con nuestro país. Hizo una eliminatoria casi perfecta, sólo perdió en una ocasión y fue esta última con Honduras en su casa. Esa Honduras marrullera, triste, pobre de carácter para realizar un juego limpio y que a pesar de ellos mismos, le metió tres a Guillermo Ochoa. El mismo equipo centroamericano que ojalá no llegue al Mundial y sea ni más ni menos que Australia el que se encargue de romperle la ilusión basada en nada.

Dejémonos de cuentos, México o juega espectacular o es ganador, jamás una combinación de ambas ha llevado al Tri a ser una escuadra triunfadora. Nuestra aspiración es llegar al quinto partido y queremos que juegue bonito, perdón ¿somos Brasil para exigirle eso? ¿Nos ponemos la casaca alemana para que aspiremos a ser campeón del mundo? Hasta ellos fallan y, dependiendo de la gravedad del caso, las críticas son aceptables. Brasil tiene un toque más elaborado si respeta el “juego bonito”, es el ideal del futbol latinoamericano. Alemania es mucho más vertical, es eficaz y mata cuando tiene que matar al rival. Ambas selecciones son referentes en el futbol mundial y sólo un puñado de estas escuadras estarían a la altura de competir por la copa más prestigiada del planeta. México, nos guste o no, jamás ha estado y no creo que en Rusia esté a ese mismo nivel, entonces ¿por qué le exigen tanto?

A todo le encuentran peros en este proceso. No se confundan, a mí tampoco me gusta cómo hace las cosas el colombiano Osorio, pero algo está funcionando y lo hace tan bien que lo más importante estuvo resuelto sin tronarse los dedos: la calificación al mundial. La historia lo juzgará, como se ha encargado de juzgar a Lavolpe, al 'Piojo' Herrera, a Lapuente. Será uno más que pasó por la banca de la Selección Nacional al cuál se le medirá por el aprovechamiento de la supuesta mejor camada de jugadores mexicanos en el país y el extranjero. Y entonces, ahí sí, con blancos, negros, azules y morados, habrá de enjuiciarse un proceso que empezó con muchas dudas y lo más probable es que termine peor que todos: sin pasar de la fase de grupos en Rusia 2018.

Botepronto

Argentina salvó esta fase con Messi a frente. Chile se resume en un gran equipo de futbol con una mala dirección técnica actual, ¿les suena?

Préndela así, de volea