Hace 22 años, el mundo veía coronarse al que muchos consideran el mejor equipo jamás ensamblado para una justa deportiva. El llamado Dream Team (Equipo de Ensueño) que tuvo participación en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 marcó un antes y después en la historia, no sólo del baloncesto, sino del deporte en general.

El encargado de amalgamar al Dream Team fue el coach Chuck Daly, en ese entonces entrenador de los New Jersey Nets y conocido por su carácter firme y disciplina durante los entrenamientos, justamente las características necesarias para poder lidiar con los egos de las máximas estrellas del baloncesto mundial en un mismo equipo.

Estos fueron los 12 elegidos que formaron parte de este hito deportivo.

Michael Jordan: Las palabras sobran cuando se habla de Su Majestad. Señalado como el mejor basquetbolista que ha pisado una duela e incluso como uno de los mejores deportistas del Siglo XX, el hombre de los Chicago Bulls fue la cabeza de todo este sueño, además de marcar un parte aguas en lo que hoy conocemos como mercadotecnia deportiva.

Earvin Johnson: Un revolucionario de las duelas. Movedor de pelota con más de 2m de altura, el "Magic" llegó a los JJ.OO. en la curva descendente de su carrera y con una confesión pública como portador de VIH, sin embargo, el símbolo de los Lakers aportó al Dream Team lo que su apodo sostenía.

Larry Bird: El francotirador por excelencia. Referente de la franquicia más ganadora de la NBA como son los Boston Celtics, el espigado alero apareció, al igual que Johnson, en la parte final de su trayectoria profesional, sin embargo, su convocatoria fue más que merecida, sirviendo como un perfecto homenaje a lo conquistado en la década de los ochenta.

John Stockton: Un cerebro cirujano al momento de repartir el juego. No en balde, el ex hombre del Utah Jazz es el líder histórico en asistencias y robos en la NBA. Caracterizado por un perfil bajo y discreto, Stockton tuvo la presencia en este cuadro de su mejor complemento.

Karl Malone: El "Cartero" repartía puntos a diestra y siniestra. Con una presencia física importante en la zona de la pintura, pero también con un tiro letal de media distancia, el alero de poder consolidó su carrera de Salón de la Fama con el oro olímpico.

Scottie Pippen: El fiel escudero de Jordan. El '33' de la Ciudad de los Vientos acompañó a su eterno aliado en esta aventura por Barcelona. Pieza clave en los seis títulos de los Bulls, Pippen tenía su mayor virtud en la faceta defensiva del juego, siendo señalado como uno de los mejores de la historia en este rubro.

Charles Barkley: Si alguien tenía que poner el toque polémico y excéntrico en esta constelación, tenía que ser él. El entonces delantero de poder de los Phoenix Suns siempre gustó de ser el centro de atención dentro y fuera de las duelas, y aunque eso le acarreó varias confrontaciones con sus compañeros, su talento no tuvo lugar a dudas.

DT
Un equipo para la eternidad (Foto: Agencias)

Clyde Drexler: Durante mucho tiempo fue el archinémesis de Michael Jordan; ambos jugaron la misma posición y poseían características similares. Aunque Drexler sólo pudo ganar un anillo NBA en 1995 con Houston, esa cifra no hace justicia a sus atributos físicos que le llevaron a ser un hombre dominante y pieza clave en la mejor época de los Portland Trail Blazers.

Patrick Ewing: Un jamaiquino cuya calidad le permitió llegar a la cumbre del baloncesto mundial y enfundarse la camiseta de los Estados Unidos. Apuntado como uno de los mejores en la franquicia de los New York Knicks, el centro de 2.13m poseía una clase y gracia pocas veces antes vista para un hombre de su tamaño.

David Robinson: El "Almirante" de los San Antonio Spurs pasó la mayor parte de su carrera en un equipo sin pretensiones al campeonato de la liga, aunque ello cambiaría en 1999 con la llegada de Tim Duncan. Dentro del Dream Team, Robinson significó disciplina y presencia física en la zona pintada.

Chris Mullin: El entonces jugador de Golden State tuvo como arma principal el tiro de tres puntos. Aunque su carrera jamás tuvo los alcances de todos los antes mencionados, Mullin puede presumir de haber sido partícipe de la leyenda llamada Dream Team.

Christian Laettner: El caso de Laettner fue especial. En aquel entonces, era jugador universitario con Duke y fue convocado por su gran potencial, además de la premisa de dar espacio a algún joven valuarte del gran semillero que la NCAA significa. Aunque como profesional fracasó en su paso por Minnesota, él tiene su lugar en la historia.