Después de once años de ausencia, los Tomateros de Culiacán se proclamaron por décima ocasión campeones en la Liga Mexicana del Pacifico al derrotar 4-3 a los Charros de Jalisco en cinco encuentros.

Después de ser una de las ofensivas más poderosas durante la campaña regular, los bates de los Charros fueron silenciados por el gran bullpen que mostraron los ‘Culichis’ durante toda la final.

En el último de la serie, el abridor Anthony Vázquez (2-0) lució como pocas veces lo ha hecho en su carrera. El zurdo lanzó durante cinco entradas y dos tercios, permitió dos carreras y tres imparables, ponchó a cinco contrincantes y regaló dos bases por bolas.

Marco Tovar (1-2), el pitcher de mayor confianza de la novena Tapatía cargó con la derrota, tras permitir cinco hits y cuatro carreras en tres entradas y un tercio.

Por parte de la ofensiva de Culiacán, Maxwell León y Sergio Gastélum, fueron los peloteros que mayor peligrosas mostraron dentro de la caja de bateo, siendo los hombres claves para producción de carreras.

El cerrador Oscar Villarreal fue el encargado de tirar los últimos outs para los Tomateros, adjuntándose un salvamento más a su exitosa carrera.

A pesar de que los campeones derrotaron a los Tapatíos en cuatro de cinco ocasiones posibles, la serie final fue una de las más cerradas de los últimos años, culminando la mayoría de los encuentros con marcadores cuyos marcadores la ventaja era mínima.

Ante cerca de 16 mil 890 aficionados, los sinaloenses hicieron valer su localía en el Ángel Flores, inmueble que será derribado después de 66 años en los próximos meses para comenzar la construcción de un nuevo estadio, el cual se presume que será uno de los mejores que tendrá nuestro país.