Fue en 1985, cuando Leonardo Lavalle se adjudicó el torneo juvenil de Wimbledon. Seis años más tarde, junto a su amigo, el argentino Javier Frana, perdió la final del torneo de dobles en el mismo Grand Slam. Así se forjó la última leyenda del tenis azteca, que ahora, con seis meses a cargo del equipo mexicano de Copa Davis, buscará pintarle el verde y el rojo al deporte blanco.

El capitán del equipo nacional sabe que el reto de impulsar al seleccionado tricolor es por demás complicado, luego de varios años en los que el tenis nacional no ha alcanzado los objetivos deseados. Basta con recordar el tropiezo que sufrió el propio Lavalle ya al frente del seleccionado mexicano en septiembre pasado ante Barbados.

México jugará ante Bolivia, como parte del Grupo II, del 6 al 8 de marzo, pero el ex tenista mexicano reconoce que “por el ranking de (Hugo) Dellien, que está 200 lugares arriba de los mexicanos, ellos son favoritos.

Lavalle Moreno da la cara y afronta el reto. Su idea es entrenar al máximo desde ya para obtener los resultados deseados.

“Uno siempre juega a ganar, siempre quiere el triunfo y la idea que ha resultado en el pasado es muy buena preparación con mucha anticipación pues los triunfos siempre se dan en los entrenamientos”, comentó Lavalle, quien disputó 25 eliminatorias en 14 años de carrera.

Para contrarrestar las fortalezas del seleccionado sudamericano, el equipo mexicano preparó una estrategia especial, que consiste en sacar de su hábitat a los andinos, por lo que el Club Campestre de Mérida, Yucatán, fue la sede elegida para llevar a cabo dicho plan maestro.

“Creo que las condiciones de juego de los bolivianos, que les gusta mucho la altura, hablando con los jugadores elegimos jugar a nivel del mar y en cancha dura, creemos que eso dará resultado para ir por el triunfo”, abundó.

El material humano elegido por Lavalle para afrontar esta gesta, consta de nombres conocidos como Tigre Hank, Miguel Ángel Reyes Varela, Daniel Garza y Santiago González, quien recientemente se adjudicó el título en dobles del Abierto de Memphis.

“Para nosotros es un gran aliciente, Santiago (González) llevaba una gira difícil con su compañero, en Australia no ganaron un solo partido, tenían tres derrotas consecutivas y después empezaron a dar frutos en Memphis. Me da gusto por él, que haya conseguido un título más en su carrera nos da muchísima confianza de cara a la Copa Davis”, añadió.

Así pues, México intentará forjar un camino que lo lleve a ser contendiente a los primeros lugares, pero antes, “hay que buscar el triunfo, prepararse pues tenemos mucho tiempo de anticipación, pudimos elegir la cancha y superficie que nosotros queremos, tendremos el apoyo del público y no nos queda más que hacer la mejor preparación para llegar listos y dar batalla”.