Por cuarta ocasión en su carrera, Novak Djokovic, se coronó campeón de Wimbledon, el torneo más antiguo y prestigioso en la historia del tennis y le demostró al mundo del deporte blanco, que esta oficialmente de vuelta en su mejor nivel.

Luego de sufrir lesiones y problemas personales en el último año y medio, el tenista serbio, ha logrado confirmar su recuperación y tras entrar a esta edición de Wimbledon, fuera de los primeros veinte jugadores del mundo, Nole logró demostrar que aún esta entre los mejores tenistas en la ATP. A pesar de tener incertidumbres previo a la temporada de césped, sobre si o no jugarla, Djokovic se animó a participar y vaya decisión que tomó.

Novak arrancó el torneo venciendo en la primera semana a Tennys Sandgreen, Horacio Zeballos y Kyle Edmund respectivamente para avanzar a la cuarta ronda.

A partir de dicha instancia, los duelos se convertirían en cada vez más duros pero a pesar de eso, logró imponerse sobre Khachanov y Nishikori en rondas consecutivas para asegurarse de una plaza en los últimos cuatro jugadores del torneo.

En semifinales enfrentaría a su rival de toda la vida, Rafael Nadal, a quien vencería en cinco largos sets con un partido que tuvo una duración de cinco horas y quince minutos

El partido por el título sería curiosamente, el más facil desde la cuarta ronda, en donde Djokovic perdió 10 juegos en tres sets para derrotar a Kevin Anderson, de Sudáfrica. Esta es la vez #23 en la Era Abierta que una final de Wimbledon se define en sets consecutivos. 6-2 6-2 7-6(3) sería el marcador final luego de dos horas y veintes minutos de partido.

Novak Djokovic es el cuarto jugador en la historia con más Grand Slams, con 13, solo por debajo de Roger Federer (20), Rafael Nadal (17) y de Pete Sampras (14), por lo que no cabe duda que es uno de los mejores jugadores en la historia del deporte.