Hay fechas que no se olvidan por más que pasen los años, debido a que un 22 de octubre pero de 1968, México obtuvo su primera y única medalla de oro hasta el momento en la natación, gracias a la memorable actuación de un jovencito de 17 años llamado Felipe Muñoz.

El contexto

El contexto que rodeaba a los Juegos Olímpicos era sumamente difícil, pues en México, como en gran parte de Latinoamérica, las protestas contra el gobierno se intensificaron, a tal grado que el 2 de octubre de 1968 ocurrió la matanza de cientos de personas en la plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco hacia una aglomeración que protestaba pacíficamente.

Ante tal acto, el gobierno intentó calmar la situación y desviar la atención porque estaba a tan sólo unos días de la inauguración de los primeros Juegos Olímpicos en México.

El 12 de octubre de 1968 iniciaron las olimpiadas bajo una situación difícil entre lo político-social y lo deportivo, sin embargo, la mayoría de las miradas se fueron hacia el deporte.

México, por primera vez en su historia, tenía la oportunidad de albergar una justa internacional de esta magnitud, por lo que se esperaba que cayeran más medallas de las habituales.

El joven nadador

La llegada de Ronald Johnson unos años antes de las olimpiadas como entrenador de natación, significó un parteaguas importante en la carrera de Felipe Muñoz, quien además de aprenderle mucho, empezó a participar en eventos nacionales e internacionales que lo catapultaron a los Juegos Olímpicos.

La noche del lunes 21 de octubre Felipe Muñoz saltó a la alberca olímpica del Francisco Márquez para disputar el último heat de las semifinales, ubicado en el carril número dos, consiguió llegar en primer lugar con un tiempo de 2 minutos y 30 segundos.

El gran día llegó la noche del martes 22 de octubre, ya que al arribar a la alberca la afición comenzó a aclamar su nombre en el recinto. El silbatazo llegó, la final de los 200 metros pecho comenzó muy parejo. Los favoritos para obtener la presea dorada eran los rusos Nickolay Pankin y Eugeny Mikhailov, además del norteamericano Job Brian y el alemán Egon Henninger. En la tercera vuelta, Felipe Muñoz llegó tercero, sin embargo, apretó el acelerador y logró llegar en primer lugar a la meta final con un tiempo de 2 minutos 28 segundos y 7 centésimas, consiguiendo la primera medalla de oro de México en aquellas olimpiadas, además de que ha sido el único atleta capaz de lograr la presea dorada en la natación en unos Juegos Olímpicos.

Distinciones

Además de ser campeón durante tres años consecutivos a nivel nacional, en 1991 ingresó al Salón de la Fama Internacional de Natación y en 1996 fue el jefe de la delegación mexicana en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996.

Sin duda, recordar es volver a vivir y México espera que pronto vuelva a aparecer otro “Felipe Muñoz”, para que ponga una vez más en alto la bandera nacional en unos Juegos Olímpicos.