Cuando se habla de los Golden State Warriors, siempre están caracterizados por su solidaridad y sacrificio para hacer al equipo mejor. Ese no fue el caso el día de ayer en el encuentro ante los Clippers en el Staples Center donde con apenas unos segundos restantes en el partido, Draymond Green decidió hacer una jugada individual en lugar de pasar el balón a sus tiradores como Klay Thompson o Kevin Durant y terminó perdiendo la posesión. Esto enviaría el juego al tiempo extra en donde a la postre, los Warriors se verían derrotados por un marcador de 116-121.

Tras la mala decisión del ala pívot, se pudo observar a unos enfadados compañeros (Sobre todo Durant) que no podían creer lo que acababa de suceder en la duela. DeMarcus Cousins funciono como el que trató de mantener la calma en la banca de los dirigidos por Steve Kerr. Tras el partido, se lograron hacer preguntas a Shaun Livingston, quien dijo que lo que sucedió no pasó más allá de la cancha.

Eso parecía creíble hasta el día de hoy ya que según reportes informaron a Adrian Wojnarowksi y Marc Spears de ESPN, ayer fue el momento de más tensión la presente era de los Warriors en donde por primera vez, las personalidades y el egoísmo vino primero que la organización. Fue tanto el reclamo y el enfrentamiento de los jugadores sobre Green que la organización está tratando de discutir con el vestuario y solucionar los problemas.

Con Thompson y Durant siendo agentes libres el siguiente verano, empiezan a haber rumores sobre acerca de si se mantendrá este equipo histórico o si habrá una separación

Los Warriors han ganado tres de los últimos cuatro campeonatos con prácticamente la misma plantilla por lo que buscarán su cuarto esta temporada la cual puede significar el final de una era en la bahía del norte de California.