Y un día volvió. 18 meses y 7 días pasaron del último pero nada cambió… Independiente superó a Racing 2-1 en el Estadio Libertadores de América en el primer clásico de Avellaneda tras el descenso del Rojo. Con el triunfo la institución roja estiró la paternidad a 23 partidos de diferencia para darle un gran desahogo a su gente luego de doce meses que fueron insoportables. La alegría fue clásica pero… ¿el juego? El equipo de Almirón no realizó un gran partido, más allá de que esto no quitará para nada la gran alegría de sus hinchas.
El cotejo demostró desde el inicio los constantes errores defensivos que se venían observando en el fondo rojo. Independiente perdió por las bandas y sus volantes/laterales no llegaron a recuperarse. Así Escudero permitió primero que Díaz le gane la espalda y luego cruce la pelota a la izquierda para Centurión. No llegó Breitembruch y Milito, el jugador que más había que defender, marcó el 1-0.
Mística o paternidad, Independiente superó el golpe con gran velocidad y en tres minutos dio vuelta el resultado. El primero en marcar fue Penco, uno de los jugadores más destacados de la jornada, tras un centro de Mancuello. Luego Mancu fue quien anotó, tras un pase filtrado del Rolfi Montenegro, para el 2-1 y ratificar que es el mejor jugador del momento en Avellaneda.
El delirio de los hinchas tras la remontada se expresó en el campo de juego para culminar en la primera parte. Se vio a un equipo conservador, que esperó en el fondo para salir de contraataque y que dejó todo en cada pelota. Como si los cánticos se tradujeron en indicaciones, Independiente se puso el overol y trabajó para mantener la distancia. Pudo haber vuelto a marcar, también Racing, pero cerró la primera parte ratificando el resultado. Mientras tanto, en esta transición, la Academia perdió a Milito hecho no menor pensando en la continuidad del juego. También Vidal ingresó por Escudero, el otro lesionado.
En el complemento se volvió a observar a un Rojo abocado a la defensa, pero volvió a hacerlo mal. Sufrió mucho ante un equipo que tuvo a Centurión y Hauche como sus máximos jugadores ofensivos. Rodríguez estuvo atento para cubrir los errores que realizó la última línea dirigida por Almirón.
Cuando Independiente tuvo la pelota varias veces la perdió rápido, pero también pudo haber marcado en cuatro situaciones: Gómez remató en el comienzo y se fue desviado; Tula cabeceó en un centro y Saja tapó el remate; Mancuello estrelló un tiro libre contra el palo derecho. Por último, Penco tuvo sobre el final la chance de cerrar el juego pero extenuado definió al lado del poste derecho. Se sufrió demás pero, para alegría del pueblo rojo, se ganó.
De esta manera, Independiente deberá realizar una semana de trabajo enfocado en modificar varios aspectos pensando a futuro. Pero es más fácil hacerlo con una atmósfera triunfal y calma, que la de la última semana tras el 4-0 sufrido ante Vélez. Mientras tanto, El Rojo volvió a ser el rey de Avellaneda.