En la primera impresión, San Lorenzo se mostró más agresivo, con la intención de tomar el protagonismo. Sin embargo, Independiente consiguió presionar cada vez más alto y comenzó a inquietar el arco custodiado por Sebastián Torrico. Primero Leandro Fernández agarró un rebote y su remate se fue apenas desviado; luego Diego Vera asistió a Jorge Ortíz pero en el mano a mano se lució el arquero azulgrana. Volvería hacerlo más tarde, en la atajada del partido ante un cabezazo de Emiliano Rigoni. Más tarde, Ortíz se lo volvió a perder de cabeza tras un tiro de esquina. Los momentos de superioridad hay que reflejarlos en el marcador, e Independiente falló siempre que llegó a las puertas del área.
La movilidad de Vera y Fernández en el ataque fue uno de los puntos altos. También Jorge Ortíz: como ante Vélez y Racing, el "Marciano" recuperó, distribuyó y se animó a pisar el área. La defensa también cumplió, sobre todo Nicolás Tagliafico, el gran emblema de este equipo.
En el segundo tiempo, San Lorenzo se puso en ventaja y fue un baldazo de agua fría. Independiente se vio afectado desde lo emocional y no puedo retomar lo hecho en el primer tiempo. Se mostró nervioso, apurado y sin ideas, ante un rival que se asentó cada minuto en los pies de Juan Mercier, Néstor Ortigoza y Fernando Belluschi.
Las variantes no le funcionaron a Mauricio Pellegrino: Martín Benítez y Germán Denis perdieron más de lo que ganaron. Jesús Méndez fue el gran déficit del equipo mientras se mantuvo en cancha. Una vez más, el ex Rosario Central se mostró apático y demasiado impreciso para distribuir. Por su parte, Gastón Del Castillo tuvo su debut como profesional en un contexto no muy favorable, y pese a que jugó muy pocos minutos, se lo mostró con carácter para pedir la pelota.