De príncipe a rey

Fin de la travesía. Tras más de 9000 kilómetros recorridos, los participantes del Dakar 2015 regresaron a la ciudad de Buenos Aires. En una jornada repleta de emoción, lograron dejar atrás todos los escollos y superar el desafío que ellos mismos se habían planteado. La etapa del día resultó aún más corta de lo previsto, dado que debió reducirse a sólo 100 kilómetros por culpa de las lluvias que dejaron intransitables a los caminos. Sin sorpresas, los líderes de cada categoría avanzaron tranquilos hacia su consagración. El mundo del Dakar tiene a sus nuevos monarcas.

Al igual que en el 2011, el príncipe se convirtió en rey. Nasser Al-Attiyah conquistó su segundo Dakar en autos de la mano de su Mini Cooper. Liderando la carrera desde la segunda etapa, demostró toda su capacidad y madurez para contener a sus rivales por detrás y administrar el ritmo de la competencia. Finalizando sexto el último especial, le regaló el cuarto título consecutivo al equipo X-Raid. Giniel De Villiers (Toyota Hilux) fue el subcampeón, cerrando una nueva gran actuación dentro de la carrera más difícil del mundo, mientras que el polaco Krzysztof Holowczyc (Mini Cooper) se dará el lujo de subir al podio por primera vez gracias a su tercer puesto.

La victoria del día quedó en manos del estadounidense Robby Gordon (Hummer), obteniendo un pequeño premio consuelo tras una carrera llena de inconvenientes. El sudafricano Leeroy Poulter (Toyota Hilux) fue su escolta a 25”, al tiempo que el argentino Emiliano Spataro (Renault Duster) pudo repetir su tercer lugar de ayer, demostrando ser uno de los pilotos más veloces en suelo argentino.

Marc Coma gritó campeón por quinta vez en motos. Ni su madurez, ni los logros pasados, pudieron evitar que desatase su euforia al ser recibido por los miembros del equipo KTM al final del especial. Una nueva corona para el catalán, quien quedó a sólo un título de igualar a Stephane Peterhansel, máximo vencedor del Dakar en dicha especialidad. Paulo Goncalves (Honda) finalizó segundo la competencia, tomándose revancha de lo sucedido en 2014, al ver prenderse fuego su moto sin poder hacer nada para evitarlo. El podio lo completó el sorprendente australiano Toby Price (KTM), gran revelación en su año debut.

Haciendo foco en la última etapa, los eslovacos se despacharon con un 1-2 de la mano de Ivan Jakes, vencedor, y Stefan Svitko (ambos con KTM), integrantes además del top ten en la clasificación general. Vale destacar, por otro lado, lo conseguido por la española Laia Sanz (Honda), quien gracias a su décimo puesto del día pudo finalizar la carrera en el noveno lugar, concretando la mejor actuación de una mujer en motos dentro de la historia del Dakar.

Como era previsible desde la deserción de Ignacio Casale (Yamaha), el título en cuatriciclos fue a parar a manos de Rafal Sonik (Yamaha). El experimentado polaco logró finalmente quitarse la espina de no haber podido ganar nunca un Dakar, dejando su frialdad característica de lado para celebrar junto con sus mecánicos y allegados. El argentino Jeremías González Ferioli (Yamaha) cumplió su objetivo de subirse al podio gracias a su segundo puesto y el pueblo boliviano también tendrá razones para festejar, dado que Walter Nosiglia (Honda) culminó tercero, en lo que representa la mejor actuación de un piloto de dicha nacionalidad en esta competencia. La etapa del día fue ganada por el sudafricano Willem Saaijman (Yamaha), alcanzando su primera victoria parcial.

Por último, los Kamaz supieron estar una vez más a la altura de las circunstancias en camiones y cosecharon un nuevo título para su rico historial. Airat Mardeev se convirtió en el nuevo rey de la especialidad en un podio íntegramente ruso, escoltado por sus compañeros de equipo Eduard Nikolaev y Andrey Karginov, segundo y tercero respectivamente. El holandés Hans Stacey (Iveco), candidato en un principio a pelear por la carrera, debió conformarse con adjudicarse una nueva etapa este sábado, su tercera consecutiva y cuarta en esta edición, aventajando a su compatriota Marcel Van Vliet (Man) por 1’21”.

De este modo se arribó al final de una nueva edición de la carrera más difícil del mundo. Llega ahora el momento de descansar para dar paso a la preparación de la edición venidera, la cual muy probablemente se dispute una vez más en suelo sudamericano. Tiempo de festejos para los campeones y replanteos para los derrotados, ansiosos por tener un desquite. Su revancha llegará dentro de once meses y medio y tanto ellos como los miles de fanáticos del Dakar la estarán esperando.