Stanley Kubrick es mundialmente conocido por ser uno de los mejores directores del Siglo XX. Entre sus títulos más importantes se encuentran El resplandor (The Shining, 1980), 2001: Una odisea del espacio (2001: A Space Odissey, 1968), La naranja mecánica (A Clockwork Orange, 1971) o Eyes Wide Shut (ID, 1999). Todas son películas de temáticas muy diferentes, pero con un parecido visual muy característico: el punto de fuga central y la perspectiva lineal.
El punto de fuga y la perspectiva son conceptos visuales tomados de la pintura. El punto de fuga es el lugar en el que las proyecciones de las rectas paralelas, formadas por los elementos del plano, convergen en un punto de la imagen. La perspectiva, en cambio, recrea la posición y la profundidad de los elementos del encuadre.
Si unimos estos conceptos en el cine de Kubrick, localizamos el punto de fuga en el centro del plano, basándose en una perspectiva lineal. Un ejemplo perfecto de esta composición lo encontramos en La útlima cena de Leonardo da Vinci, en la que el punto de fuga lo forma la cara de Jesús, en el centro de la escena.
Esta combinación forma una composición geométrica perfecta que predomina en muchos de los planos generales de la filmografía del director norteamericano. Dicha técnica forma una perspectiva visual inusual para el espectador que, inconscientemente, le hace sentirse de una manera determinada. Kubrick demuestra que la composición de la imagen genera sentimientos en el espectador. Toda una regla cinematográfica que, desgraciadamente, no se lleva a cabo muy a menudo.
En el siguiente video recopilatorio creado por Kogonada, realizador británico y redactor del magazine Sight and Sound, Kubrick demuestra su maestría con la composición cinematográfica. Los cinéfilos recordarán la música como la BSO de Réquiem por un sueño (Requiem for a Dream, 2000) de Darren Aronofsky. El tema se titula Lux Aeterna, obra del compositor británico Clint Mansel.
