La Champions League se ha convertido por deméritos del Real Madrid en la única competición con opciones reales de acceder a un título. La premisa lleva resonando en la cabeza de los aficionados varios meses, apremiada por una retahíla de comentarios al respecto que también han hecho suyos los jugadores, pero que no han ejecutado como tal.

Draxler encontró en la banda de Danilo una autopista, y dejó tocada la imagen del brasileño

A fuerza de insistir en la idea parecía cercana la consecución del título. A fuerza de repetir lo importante que era salir concentrados, los futbolistas blancos consiguieron persuadir a los seguidores que tras lo mostrado en el Camp Nou, no iban a caer en desidia y apatía ante un rival en apariencia inferior, como tantas y tantas veces ha sucedido en los últimos años. Pero no fue tal.

El planteamiento y resolución del mismo del Madrid en Wolfsburgo así lo indica. El equipo no estuvo a la altura de la empresa a la que se enfrentaba, y sufrió un duro golpe que si no decisivo, sí ha tirado a la lona al boxeador merengue, que busca desesperado su esquina para reponer fuerzas y con la ayuda de sus fieles tratar de voltear la pelea.

Los asaltos decisivos están por jugarse, pero en los de toma de contacto no hubo espacio, sino golpeo. El Wolfsburgo lo hizo de forma repetida por el costado derecho, encontrando en la banda de Danilo una auténtica entrada de aire para sus intenciones. El brasileño, que la semana anterior había recorrido 19.000 kilómetros con su selección para no jugar un minuto tampoco lo hizo en el clásico, pero encontró su oportunidad en la Baja Sajonia.

Danilo, señalado

Y allí Julian Draxler hizo lo que quiso con él. En especial en la primera parte, con entradas constantes por el costado que generaron un evento con doble efecto. El primero, generar peligro en campo rival y ser el principal causante de las jugadas de los dos goles. El segundo, posterior y más en el plano psicológico, cercando a Danilo para dejarle sin aparecer en el área (ver mapa de calor) en todo el encuentro.

El jugador brasileño había crecido en los últimos compromisos mostrándose cada vez más incisivo, llegando hasta la línea de fondo y siendo un esbozo del futbolista que deslumbró en su última temporada en el Oporto. Pero el Danilo de antes de su 'resurrección' volvió a comparecer en Alemania, y puede haberle sentenciado en el Madrid.

Ya le pasó con el Betis en la primera salida del Madrid de Zidane, señalado por su mala actuación y siendo incluso sustituido. En territorio alemán los dedos apuntan a muchos que no estuvieron a su nivel, pero especialmente llamativo fue lo suyo, y se asemeja a lo sucedido hace dos años también en tierras teutonas, y con otro protagonista de blanco.

La noche negra de Illarra

Asier Illarramendi sufrió en el primer tiempo de la vuelta de cuartos de final de la UEFA Champions League en el Signal Iduna Park las acometidas de los alemanes. El de Mutriku, sustituto de Xabi Alonso durante muchas partes de la temporada cuando éste estaba lesionado, no había conseguido hacerse un hueco estable en su primer año, y las dudas terminaron consumiéndole.

De una pérdida suya llegó el gol de Reus que puso en rumbo al Borussia Dortmund hacia la remontada, y comenzó a dar muestras de debilidad. Mentalmente el vasco se cayó, y con él lo hizo también el centro del campo merengue. No tardó Ancelotti en reaccionar, y al descanso le dejó fuera del terreno de juego. No de manera inmediata, pero sí unos minutos más tarde a la salida del de Mutriku entró Casemiro, y con él el partido cambió.

El brasileño hizo en los últimos 25 minutos más por equilibrar al equipo que Illarra en los 45 de inicio, y el BVB dejó en susto su atisbo de remontada. Aquel partido dejó muy tocado a nivel de confianza para el técnico al vasco, y dos años más tarde puede sucederle lo mismo

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Sobre el autor
Manuel Vergara
Coordinador y redactor de la sección del Real Madrid y su cantera | Contacto: [email protected]