Apertura 2014. Veracruz se encontraba en una situación muy complicada. Cristóbal Ortega no entregaba resultados, y por momentos, parecía ser quien menos autoridad tenía dentro de su cuerpo técnico. ¿Solución? Ortega fue cesado y Carlos Reinoso, quien fungía como su auxiliar, tomó el cargo mayor del equipo hasta finalizar el torneo. Muchos esperaban un cambio total en el banquillo, pero los Kuri confiaron en el proyecto planteado por el Maestro y lo sostuvieron en el cargo para el Clausura 2015.

Muchas dudas habitaban en la mente de los aficionados 'escualos'. Sus amados Tiburones se encontraban coqueteando de cerca con el temido fantasma del descenso, y alguien que formaba parte del problema de dirección anterior no parecía ser la apuesta adecuada. Pero eso poco le importó al chileno, que como lo hacía en la cancha, gusta de demostrar sus habilidades en el momento que importa: el partido. Así, sin pelos en la lengua, el andino se atrevió a asegurar al principio del torneo que si su equipo no sumaba siete de los primeros nueve puntos en disputa, él dimitiría del cargo; por si fuera poco, vaticinaba a unos 'escualos' salvados del descenso sin drama, lo cual conllevaría a una inminente calificación a Liguilla.

Pocos creían, muchos reían. Programas de TV, de radio, prensa escrita, todos criticaban el pensar de Reinoso, menos sus jugadores. 17 jornadas después, Veracruz finalizaba como tercer lugar de la tabla general con 28 puntos, producto de siete triunfos, siete empates y sólo tres derrotas; además, se consagraba como la segunda mejor ofensiva con 28 goles anotados. Con ese panorama, muchos colocaban al Tiburón como favorito al título, pero para su desgracia, errores individuales negaron la posibilidad de avanzar más allá de los cuartos de final, pero vamos, sólo se tropieza el que camina.

Así este viernes, a menos de una semana de aquella fatídica noche, Fidel Kuri y el resto de la directiva de Club Tiburones, ratificaro a Carlos Reinoso en el puesto de Director Técnico de Veracruz, situación aplaudida por una afición que pasó de ser fría y escéptica a cálida y creyente. Con ello, la plana alta de los escualos espera continuar con los buenos resultados basándose en la continuidad, con la firme intención de no volver a esperar 11 años para jugar un partido de Liguilla.

Las claves del Maestro

Recuperación de jugadores. Carlos Reinoso supo reanimar y encontrar el mejor nivel (o por lo menos aceptable) de varios futbolistas que ya se encontraban en el plantel. Tal es el caso de Edgar Andrade, quien pasó a jugar por el centro del campo siendo la conexión entre la media y la delantera. Qué decir de Emmanuel García, cuya posición fue retrasada para jugar como carrilero izquierdo, brindando seguridad a su equipo. Daniel Villalva abandonó la punta del ataque y llevó su picardía y velocidad a los costados, siendo un auténtico dolor de cabeza para los defensas. Y por supuesto Leiton Jiménez, quien con seis goles y excelsas actuaciones defensivas, se convirtió en un estandarte de los 'escualos' y uno de los mejores centrales del torneo.

Fichajes acertados. El Maestro aplicó un buen filtro para escoger a sus nuevos alumnos. El chileno lo tenía claro: no quería futbolistas con complejo de estrellas, sino con garra, que supieran correr y pelear, y por supuesto, que conocieran la presión de jugar pensando en el inminente peligro de un descenso. Así, Jesús Paganoni, Gabriel Peñalba, Fernando Meneses, Juan Albín y Julio Furch arribaron al puerto para convertirse en la sensación del certamen, brindando solidez a un equipo que antes de ellos no tenía ni pies ni cabeza. Además, aportaron a la grada la emoción de ver a jugadores de primer nivel matarse por cada balón, situación que cualquiera aplaude.

Mentalidad ganadora. Poco le importaba al chileno que los medios y el público los dieran por muertos al inicio del Clausura. Él se dedicó a trabajar con sus pupilos y a empaparlos de una mentalidad propositiva, ofensiva y gallarda. ¿El resultado? Un equipo que no dejaba de correr ni de buscar el frente, donde los delanteros bajaban a apoyar en coberturas y donde los defensas se sumaban constantemente al ataque.

El equipo ahora se encuentra de vacaciones, a excepción de Melitón Hernández y Fernando Meneses (quienes se concentran con su Selección Nacional previo a la Copa América), pero al volver, seguirán contando con su Maestro, su ejemplo, esperando escribir de nuevo una gran historia.