Cuando parecía que la lesión de Dirk Nowitzki resultaría una piedra más en el camino de la biografía basquebolística de los Dallas, el tiempo suplementario significó una oportunidad única para hilvanar y conseguir el primer trunfo de la temporada. Como era de esperar y, de hecho se espera de él muchas cosas, Harrison Barnes se despachó con 34 puntos. El exjugador de Golden State Warriors fue determinante junto con el base puertorriqueño José Juan Barea, quien demostró una combinación exótica entre dinamismo y creatividad craneal en la organización de juego. He ahí el crecimiento exponencial del borícua, mientras pasan las temporadas. Su paso por Minnesotta, pero sobre todo su actualidad, merece ser observada y seguida de cerca.

Parrafo aparte para el siempre rendidor Andrew Bogut. El australiano, siempre adaptándose a su rol de jugador de equipo, obtuvo  16 rebotes, hablando las claras de la importancia que tiene el cerco reboteador (boxout) en cuestiones netamente ligadas al desarrollo del juego. "Nico" Brussino disputó 2 minutos y 29 segundos de juego, registrando un solo lanzamiento al cesto contrario. Está claro que Rick Carlise va llevando, paulatinamente, a Brussino. Esto implicará una mayor perseverancia y sacrificio en los entrenamientos por parte de alero cañadense.

En el desarrollo del juego, se pudo percibir a un Milwaukee aceitado en el juego, teniendo nuevamente como paladín e ideólogo de todas las iniciatvas a Giannis Antetokoumpo (una de las estrellas del selecconado griego). Este jugador escatimò un desarrollo bastante importante en la NBA y que ha logrado extender su influencia en el juego de los Bucks, a tal punto que fue un dolor de cabeza para los dirigidos de Rick Carlise.

Más allá de eso, Dallas pasó una prueba importante: superar y reemplazar la ausencia de la superestrella Dirk Nowitzki. Wesley Mattews (exOrlando Magic) fue el encargado de ponerle el broche de oro al encuentro y determinar así una victoria fundamental en esta ardua temporada en la NBA.

El compacto del partido