Talleres atravesó a lo largo de este 2013 varios momentos que son dignos de recordar, como así también otros que son necesarios olvidar. Hubo grandes nombres que integraron al plantel, como así también se puede destacar el acompañamiento incondicional que recibió el equipo por parte de sus hinchas a lo largo de estos 12 meses. Desde aquel comienzo, en un lunes 14 de enero con una victoria frente Instituto por 2 a 0, para luego caer en el Kempes ante Belgrano por el mismo triangular de verano, la T ya le daba forma a su año, en el que se cumplía su primer siglo de vida. El elegido para comandar a estos jugadores en este trayecto, fue el inolvidable Arnaldo ‘’Cacho’’ Sialle.

Solo en simples palabras se puede destacar con creces y elogios, una primera mitad de año en donde el equipo vivió uno de sus mejores momentos deportivos de los últimos tiempos. Para verificar este excelente momento, se puede decir que conjunto de la docta tuvo un inicio arrasador en la segunda rueda del Torneo Argentino A 2012/2013. En su primer encuentro oficial del año derrotó a Juventud Antoniana y se despidió de la fase regular con un triunfaso de visitante ante Central Norte. Así la T se consolidaba como candidato al ascenso y finalizaba primero en su zona, con 46 puntos.

Luego de esto, vendría el tan temido Undecagonal, al cual no le pesaban los nombres de los equipos ni los puntos obtenidos en la primera fase, es decir, cualquiera de los 11 clasificados podría ascender. No obstante, el Talleres que se observó en esta parte tan decisiva y dura, fue un conjunto totalmente extraordinario, con un nivel de juego muy destacado, sobrepasando las expectativas de todos. Tanto fue así, que el equipo dirigido por Sialle, no perdió un solo partido y logró el tan ansiado ascenso dos fechas antes del final del campeonato, sin haber disputado su fecha libre hasta el momento. Así la T cordobesa se coronaba campeón del Torneo Argentino A 2012/2013.

El 3 de agostocomenzaba una nueva ilusión para la institución de Barrio Jardín y en especial, para todos sus hinchas que esperaban con ansias el debut de la T en la B Nacional. Esto se dio así, ya que luego de 4 años el conjunto de la docta volvía a estar un pasito más cerca de sus pretensiones de alcanzar la primera división. No obstante, el conjunto de Arnaldo Sialle no la tuvo nada fácil y obtuvo un arranque de temporada bastante flojo, el cual provocó la desvinculación de su DT, en el partido final de la primera rueda ante Villa San Carlos. Esto suena algo impensado luego del ascenso en aquella inolvidable noche frente a San Jorge de Tucumán, la cual se había hecho realidad un par de meses antes.

En consecuencia y ya casi concluyendo el año, los directivos de la T contrataron un técnico que conoce bastante a la categoría y en el cual se le está depositado toda la confianza para que revierta esta situación bastante crítica e irregular. Al hablar de este elegido, estamos haciendo referencia a Rubén Forestello. Para concluir, el actual DT fue muy claro con sus palabras y no dejó ninguna duda al respecto con sus pretensiones futbolísticas: ‘’Reafirmar la categoría es nuestro objetivo principal’’.

Los últimos meses de una pesadilla interminable

En su cuarta temporada en el Argentino A, Talleres conseguía con tranquilidad y anticipación el pase al Undecagonal final que otorgaría un ascenso directo al ganador. De la mano de Cacho Sialle, con un equipo de memoria y con una regularidad encontrada, el Pueblo Albiazul sabía que este era EL año para salir del infierno, como lo denominó Salum. En el año del Centenario, el Matador encaraba la recta final de la mejor manera, con un prolongado invicto, liquidando al rival de local y de visitante, con un gran poderío ofensivo y con una defensa sólida.

Inicio de una linda historia

El 9 de marzo empezaba la historia y el rival era Juventud Antoniana de Salta, equipo al que lo enfrentó en varias oportunidades en la tercera categoría. Fue un partido cerrado. Ninguno de los dos arriesgaba nada. Sin embargo, cuando los salteños empezaron a copar el campo albiazul, Aguiar metió un pelotazo que se transformó en un pase para Klusener, que cedió para que Olego solamente la tenga que empujar a la red. Aguantamos el partido inteligentemente y nos quedamos con tres puntos de oro en un partido chivo. ¿La mala? Klusener vio la tarjeta roja a poco del final. La ilusión en marcha…

Visitante en casa

Días después, el 17 del corriente, “visitábamos” a Sportivo Belgrano, que mudaba su localía al Mario Kempes por cuestiones económicas. El partido empezó mejor para Talleres, que a los 17 minutos encontró la ventaja a través de Velasco. En el complemento, Sportivo se vino con todo y logró el empate a los 25, por medio de González Tapia. El partido tenía un condimento especial, ya que Carabajal volvía de a jugar luego de una lesión y, en tiempo de descuento, le cometieron un claro penal (protestado hasta el día de hoy) que cambió por gol y la victoria se quedó en la Capital. Esta semana fue perfecta, ya que habíamos ganado los dos primeros partidos del Undecagonal y, entre semana, a Belgrano por la Copa Argentina.

El Trago amargo ‘’tucumano’’

Por la tercera fecha, enfrentamos a San Martín de Tucumán en el Kempes. Candidato al ascenso, como nosotros, el Santo nos quitó la pelota y ocupó el terreno que defendíamos contra el arco de la popu norte. Se nos hizo cuesta arriba y no encontrábamos los caminos. En el complemento, Cacho movió las piezas y Talleres empezaba a aparecer. Después de tanto luchar, encontramos la ventaja a través de un centro que mandó Benítez para Bottino, que este la bajo para que la empujara Velasco y así estampar el 1 a 0 parcial. Parecía que nos quedábamos con la victoria, pero los tucumanos encontraron el empate, a falta de dos minutos para el final, por medio de Ermini, que definió tras un error defensivo. Se perdieron dos puntos fundamentales y Maipú ganaba nuevamente, liderando en soledad la tabla.

Delirio multitudinario en Concepción del Uruguay

En el cuarto cotejo nos tocaba salir por primera vez de Córdoba para visitar a Entre Ríos. El rival era Gimnasia, que había clasificado por la ventana al Undecagonal y que se vio revolucionada por tener de huésped a Talleres. El partido arrancó mejor para el local: un gol mal anulado y un tiro en el palo le hacían sentir al albiazul que no se iba a llevar la victoria tan fácilmente. Pero, en una contra, Carabajal simuló un penal y el árbitro compró. Klusener y adentro. De ahí en más, el trámite fue para el Matador, que en el complemento encontró el gol de la tranquilidad, post buena jugada de Bottino para que, de nuevo, el 9 mande a jadear el balón a la red. Triunfo muy necesario y se recuperaron los puntos perdidos en Córdoba. Sin embargo, Maipú seguía imparable y conseguía su cuarto triunfo al hilo.

Cima compartida

Llegando a la mitad del Undecagonal, recibíamos a Racing de Olavarría en el Kempes, equipo que a priori, jugaba más por el honor que por los resultados. Partido accesible a primera vista, pero Racing nos complicó más de lo pensado. En los primeros minutos, Aguiar tapó un cabezazo clave. Cuando parecía que hacíamos pie en la cancha y que estábamos cerca de abrir el marcador, Altamirano, el 9 de ellos con físico parecido al Gordo Ronaldo, estampaba el 1 a 0. Pero, minutos más tarde y por medio de otro penal dudoso para la prensa y los anti Talleres, Klusener clavaba el empate. A partir de ahí, el equipo fue al frente y pudo irse con la ventaja al descanso. Ventaja que consiguió a los 9 del complemento, luego de que el arquero visitante diera un rebote que aprovecho Fabio Alvarez. Con la ventaja a nuestro favor, tuvimos varias chances de liquidar el pleito. Dejamos vivir al rival y sufrimos más de la cuenta, pero los 3 puntos quedaron en Córdoba. A esto hay que sumarle que Maipú había empatado y ambos lideraban la tabla con 13 unidades.

Verdugo nocturno en San Luis

Un jueves por la noche, y por la sexta fecha, viajamos a la ciudad de San Luis para enfrentarnos a Juventud Unida. En un clima enrarecido por las supuestas ayudas arbitrales que recibe Talleres, el albiazul quería aprovechar la fecha libre que tenía Maipú, para liderar en soledad el Undecagonal. Sin embargo, el local arrancó mejor y puso contra las cuerdas a Aguiar y cía. Tuvo que pasar media hora para que el Cacho’s team se plantará de igual a igual y empiece a generar peligro. La ventaja fue a los 40 minutos, tras un centro que reboto en la mano de un defensor del conjunto local y el referí pitó penal, que Klusener (quién sino) cambió por gol. Ahí nomas del 1 a 0, Juventud Unida tuvo una chance inmejorable para empatar, pero se fue por arriba del travesaño. En la etapa complementaria, Talleres tuvo más la pelota y se animaba a atacar para liquidar el trámite. Estuvo cerca Velasco, que se iba mano a mano con el arquero local y este lo derribó. Foul y roja para el 1, que se fue directamente al hospital por una fractura ocasionada por la falta que él había cometido. Hubo que esperar hasta el minuto 41, para que Bottino desborde por la banda derecha y mande un centro rasante con destino a Klusener, que terminó en el segundo y último gol del partido. Con 16 puntos llegábamos a la cima del reducido y el ascenso empezaba a tomar forma.

La goleada que no fue

El lunes siguiente la T recibía a Gimnasia y Tiro de Salta, equipo que arrasó en la primera fase del Argentino pero que con el tiempo se fue desluciendo. El partido comenzó netamente favorable para el equipo de Barrio Jardín, ya que un defensor salteño sacó con la mano una pelota que tenía destino de gol, por lo que el árbitro cobró la pena máxima y echo al jugador. Klusener, nuevamente, se hizo cargo y a los 3 minutos ya ganábamos 1 a 0, con un hombre más. De ahí en más, Talleres tuvo varias oportunidades para liquidar el pleito, pero no acertó. Llegando al final de la primera etapa, a los 41 minutos, Gimnasia se quedó con otro jugador menos y Talleres tenía 50 minutos por delante con dos players más que la visita. En el complemento, en vez de definirlo, el albiazul sobró el encuentro y no lo liquidó, ni siquiera con el otro penal (bien cobrado) que le cometieron a Benítez y que Velasco malogró. Iban 24 minutos y el partido seguía abierto. Sufrimos más de la cuenta, pero finalmente logramos el triunfo que nos acercaba cada vez más al ascenso, ya que Maipú había empatado y, por entonces, le llevábamos 5 puntos.

Reafirmando la grandeza en tierra hostil

En la fecha 9 se jugaba la final anticipada del Undecagonal. Visitamos Mendoza para enfrentarnos al escolta Maipú, que se jugaba sus últimas posibilidades de ascenso. El clima en general estaba en contra del equipo Albiazul, que plantó un partido inteligente y muy luchado. Con un medio campo batallador, logró adueñarse por momentos del mismo y generar peligro. A los 23 minutos, tras un disparo de Díaz, el arquero dio rebote y Klusener tomó el rebote para poner el 1 a 0 parcial. En el complemento, el local tomó la posta y empezó a bombardear a Aguiar. Para colmo de males, Klusegol se fue expulsado a los 17 minutos. A partir de este hecho, Talleres plantó un 4-4-1 y dejó que el Cruzado se haga cargo de la pelota. Tiró uno, dos, tres, mil centros. Aguiar sacaba todo lo que le tiraban, hasta que a los 36 minutos, tras una serie de rebotes, Bernay logró el empate. Aguantamos lo que quedaba del cotejo y, finalmente, nos trajimos un punto de oro a Córdoba y el ascenso estaba en jaque: 5 puntos de ventaja sobre el segundo y si Talleres le ganaba el lunes siguiente a San Jorge y Maipú no conseguía una victoria en Santamarina, el Albiazul retornaría a la PBN.

La noche de las 60 mil gargantas

Un lunes 6 de mayo fue la fecha indicada para recibir al equipo tucumano, sorpresa en el campeonato. En un Kempes colmado, Talleres tenía al alcance de la mano el tan ansiado ascenso. Sin embargo, la visita no vino a ser parte de la fiesta. Jugaron su partido, se plantaron en el campo albiazul y nos hizo las cosas difíciles. Nos costó generar chances de gol, no encontrábamos el camino para vulnerar la defensa tucumana. Para colmo, ellos estuvieron más cerca de abrir el marcador que nosotros. En el complemento arrancamos mejor que en todo el primer tiempo: desborde de Bottino y pase al medio, para que Velasco, de taco, la mande a guardar. Talleres fue más y desperdició algunas jugadas para ampliar marcador y definir el partido. El 1 a 0 parecía que lo conformaba al elenco visitante y sólo hubo que esperar el pitazo final para que se desate la alegría, ya que en Tandil, Santamarina le ganó 1 a 0 a Maipú, por lo que el albiazul fue inalcanzable para sus perseguidores.

Despedida y adiós al imbatible del torneo

En la décima, Talleres tuvo fecha libre y el festejo se extendió por la victoria ante Sportivo Belgrano por la Copa Argentina. En el último partido en el infierno, el Matador viajaba a Tandil para enfrentarse a Santamarina del Sapo Coleoni, hijo prodigo de La Boutique. El trámite fue favorable a la visita y a los 15 minutos ya ganaba por obra y arte de Klusener, artillero del Argentino: centro frontal a la olla y el 9 la peino para que se metiera en la ratonera del arco defendido por Bertoya. Estaba mejor Talleres y estuvo cerca de ampliar el marcador. En los últimos 45 minutos del albiazul en el Argentino, Santamarina golpeó al minuto y establecía el empate transitorio. No pasó mucho para que Talleres se vuelva a poner en ventaja: a los 8, Chitzoff acarició la redonda en un tiro libre y la puso en un ángulo. Con el correr del tiempo, el rigor de los festejos prolongados hicieron mella en el físico de los jugadores y los tandilenses empezaron a generar peligro. Aguiar tapó las más difíciles, pero en la más simple se complicó, salió a cortar muy lejos y establecieron el 2 a 2 definitivo, que, a fin de cuentas, poco importó. Talleres terminó invicto el Undecagonal y lo esperaba la PBN, después de cuatro largos años.

El paso por Copa Argentina

Dentro de un año con muchas expectativas, la Copa Argentina captaba algunas solamente. Por la modalidad del torneo, por su duración y principalmente porque el objetivo de Talleres era volver cuanto antes a la Primera B Nacional, la copa no era prioridad.
Primeras fases accesibles y con triunfos. De a poco todos empezaban a entusiasmarse, el envión del equipo en el torneo y su seguidilla de victorias provocaba la confianza para seguir adelante.

Veinticuatroavos de final: El clásico ganado

En 24avos de Final, llegaba el gran partido. El rival era Belgrano. Se cruzaban realidades, historias y las ganas de ganar el clásico de todos. Con equipo alternativo Arnaldo Sialle decidió arribar dicho encuentro. El ánimo del plantel albiazul era el óptimo. Y sirvió de mucho para obtener aquel clásico, con el gol de Gastón Bottino, seguramente aquel encuentro quedara en la memoria de muchos matadores.

Dieciseisavos de final: Después del ascenso, seguía la racha

Luego vendrían los 16avos de final, seguía el choque de cordobeses. En este caso un rival conocido y que jamás sería fácil. El choque se jugó en el Mario Alberto Kempes, frente a Sportivo Belgrano. Este partido se jugó dos días después del Ascenso y el retorno a la Primera B Nacional. Con el objetivo cumplido, Talleres podía animarse a más. El partido termino 1-1 y por penales la T pasó 5-3.

Octavos de final: Eliminación del campeón Argentino

El mundo albiazul llegaba a los Octavos de final, con la sensación de ser un equipo que podía frente a cualquiera. Aunque el próximo rival era el Newell´s del Tata Martino, el que lo ganaba todo. Hasta Chaco se fueron las ilusiones matadoras, con la confianza que ascendía en forma creciente, al igual que los rendimientos. Porque no animarse a más.

Así fue, Talleres vencía al último campeón del fútbol Argentino. Los rosarinos consagrados minutos antes de comenzar el encuentro. Esto en parte favoreció a un Talleres que quería seguir formando parte del protagonismo de la Copa Argentina. Llegó otra victoria albiazul con aquel cabezazo de Gastón Bottino, que desde ese momento se lo reconocería como “el de los goles importantes”.

Cuartos de final: Se terminó la ilusión

De esta forma el Albiazul se encontraba en Cuartos de Final, en esta instancias tocaba Estudiantes de Caseros. Venia un rival más accesible desde la previa. Además se cruzarían equipos de categorías similares. Si bien uno formaba parte del Argentino A y otro de la Primera B Metropolitana, las dos equivalen a la Tercera categoría del Fútbol Argentino.

La cita era otra vez Chaco, cada vez más afianzado el plantel y con más ganas, iba en busca de otra victoria que lo llevara entre los 4 mejores del torneo. Talleres arribó a esta fase, luego del debut en Primera B Nacional, solo días habían pasado de aquella primera fecha frente a Sarmiento de Junin(2-2). Se vio un equipo nuevo y con refuerzos. Buscaba adaptación a la categoría y mostraba cierta relajación, factores que lo llevaron a la eliminación del torneo. El equipo cayó por 1-0. Desde ese momento el albiazul se dio cuenta que debía adaptarse a las nuevas obligaciones. Que la racha de triunfos se había cortado y que lo que vendría en este 2013 cada vez sería más duro.

Un torneo que se afrontó sin aspiraciones y que finalizo de la misma forma. Así fue, el paso de Talleres por la Copa Argentina.

El gran Centenario

Cien años no se cumplen todos los días y la dirigencia de Talleres estuvo a la altura de la ocasión. El Mario Alberto Kempes fue el escenario del cumpleaños de la T con sus lugares colmados mostró al mundo un marco fenomenal.

Jugaron las glorias, desfile de filiales, fuegos artificiales y el telón más grande del mundo hicieron la mejor previa a un partido que dejo mucho que desear.

El Pachuca mexicano liderado por Ándres Fassi se hizo presente la ciudad de Córdoba y disputo el encuentro en homenaje al Centenario. El mismo no tuvo muchas emociones y los entonces dirigidos por Arnaldo Sialle terminaron el cotejo con el marcador a su favor, fue uno a cero para el Matador. El único tanto lo anoto Juan Manuel Tévez.

A continuación les dejamos un vídeo de La Voz del Interior que resume la gran noche albiazul:

La vuelta de un grande y el arranque que nunca llegó

Luego del tan preciado ascenso en el mes de mayo, la T dejaba de lado sus festejos y se preparaba con todo para disputar después de 4 años, un torneo al cual ya le había perdido el rastro. Al decir esto, estamos hablando de la temida B Nacional, torneo cuyo premio otorga 3 ascensos a la primera división pero cuyo costo por alcanzar es demasiado complejo, ya que los clubes que la integran poseen demasiadas jerarquías como para ser entidades del fútbol de ascenso. Sino pregúntele al conjunto matador con que equipos se topó en esta temporada 2013/2014: Independiente, Banfield, Unión, Huracán, entre otros. Por lo tanto, todo lo dicho anteriormente, sumado a la dificultad de la competencia más el acostumbramiento del conjunto cordobés a participar en el Argentino A (tercera división), provocaría que el transcurso de su participación en el Torneo de Segunda División no fuese nada agradable.

La ilusión comenzó el 3 de agosto cuando la T recibió en el Estadio Mario Alberto Kempes a Sarmiento de Junín. En aquel cotejo se reinauguraba una nueva etapa en la historia albiazul. El partido se dirimió de manera fugaz, ya que ambos conjuntos anotaron sus respectivos goles cuando los desaciertos defensivos se hicieron evidentes para los 2 equipos. Así el encuentro terminó empatado en 2 goles y Talleres volvía a la B Nacional obteniendo un empate. De allí en más se conseguiría otra igualdad en condición de local frente a Douglas Haig de Pergamino y luego, en su primera presentación de visitante empataría con Unión de Santa Fe 1 a 1. Lo más evidente para destacar de esas 3 primeras fechas fue la flojísima labor defensiva y el bajo rendimiento del mediocampo.

Posterior a aquellos 3 sucesivos empates, el club atravesaría su primer panorama oscuro desde su llegada al máximo torneo de ascenso, ya que cosecharía sendas derrotas en las fechas 4 y 5, por lo que se puso en jaque a la continuidad de su DT, Arnaldo Sialle, debido al mal arranque en el torneo.

Recién en la fecha 6, con Sialle asumiendo una renuncia anticipada, los jugadores de la T ‘’se pusieron por primera vez la camiseta’’ y salieron a ‘’ponerle el pecho a las balas’’. En aquel partido, Talleres derrotó por la mínima a Sportivo Belgrano de San Francisco y se aseguró por un tiempo más la continuidad de su DT.

En las siguientes fechas, Talleres mejoraría levemente su eficaciay obtendría 3 victorias y 2 empates, cosechando 6 partidos invictos desde aquel encuentro frente a Sportivo Belgrano. Los resultados obtenidos en este giro de balanza fueron los siguientes:

· Talleres 1 – 0 Sportivo Belgrano (Fecha 6)

· Gimnasia de Jujuy 1 – 2 Talleres (Fecha 7)

· Talleres 1 – 0 San Martín de San Juan (Fecha 8)

· Ferro 1 – 1 Talleres (Fecha 9)

· Talleres 2 – 2 Independiente (Fecha 10)

· Defensa y Justicia 1 – 3 Talleres (Fecha 12)

Lamentablemente, esa serie de victorias sería la última alegría prolongada que obtendría Cacho Sialle al mando de Talleres. En los partidos venideros, el conjunto albiazul conseguiría su peor racha vista en el último año, sumando 3 derrotas al hilo (frente a Instituto, Patronato y Brown de Adrogué) y demostrando un rendimiento de juego bastante malo a nivel general del equipo.

En consecuencia, otra vez su director técnico condicionaba su continuidad y si no obtenía una victoria en el próximo partido frente a Aldosivi de Mar del Plata dejaría su cargo. Pero nuevamente, los jugadores se acordaron de ‘’jugar al futbol’’ y derrotaron a Aldosivi por 2 tantos contra 0. Otra vez la balanza se inclinaba para el lado de Sialle, pero ¿Hasta cuándo se daría esta irregularidad?

En las últimas 5 fechas antes del receso de verano, se sellaría para siempre el destino del conjunto conducido hasta aquel entonces por Arnaldo ‘’Cacho’’ Sialle. En ese lapso de tiempo, la T obtuvo solo 1 victoria (Independiente Rivadavia), 1 empate (Banfield) y consiguió 3 derrotas (Huracán, Atlético Tucumán y Villa San Carlos). Es así como luego de 2 años, el DT que llevó a Talleres al ascenso y a la obtención del Argentino A, abandonaba al club por los malos resultados obtenidos en la primera rueda del Torneo.

Así terminó el año futbolístico para Talleres. Con más derrotas que victorias en su debut en el máximo torneo de ascenso argentino(8 derrotas, 7 empates y 6 victorias). En cuanto a lo institucional, el club ya consiguió un reemplazo para el puesto dejado por Arnaldo Sialle. El elegido por la comisión directiva fue Rubén Forestello, ya que es un DT con mucha experiencia en la categoría. Por lo tanto, de aquí a los próximos 6 meses solo destino sabrá que le depara al conjunto albiazul, ahora dirigido por Forestello.

Por lo tanto y para concluir, nos podemos plantear las siguientes preguntas: Talleres ¿Se recompondrá?, ¿Luchará por algo más que el descenso? o ¿Lo esperará nuevamente el ‘’infierno’’ llamado Torneo Argentino A?,Todas estas respuestas se sabrán al finalizar la temporada en Junio de 2014. Solo algo es seguro, el equipo deberá sumar muchos puntos si desea ilusionar nuevamente a su público que tanta fidelidad le demostró a lo largo del campeonato.

Escrito por: Francisco Navarrate, Exequiel Rodriguez, Francisco Sánchez, Diego Verde y Santiago Foa Torres

Fotos: Radio Rivadavia, Día a Día, diariosports.com.ar, La Voz del Interior, magazzinedeportivo2012.blogspot.com, Los Andes.