Teófilo Gutiérrez: su vida y su renacer

El pasado fin de semana ‘Teo’ Gutiérrez marcó el gol que definió el tercer Superclásico del verano contra su archirrival Boca Juniors. La renovada imagen que ofrece el equipo de Ramón Díaz permite a sus hinchas ilusionarse con un campeonato en el que River Plate regrese a los lugares privilegiados de la tabla. Sin duda, ‘Teo’ deberá ser protagonista. El colombiano experimenta, una vez más, su propio renacer.

Teófilo Gutiérrez: su vida y su renacer
Fútbol Caribe
juanjosecorreao
Por Juan José Correa

Ha sido un jugador mediático como pocos. Alegre y carismático fuera del campo, severo y temerario dentro de él. Su talento, su carácter, sus goles, sus escándalos y su personalidad lo han llevado a colmar los titulares de la prensa en numerosas ocasiones y por diferentes motivos. Es capaz de lo mejor y de lo peor, sin que haya demasiada distancia entre una cosa y la otra. La selección siempre ha sido fortín, sin importar sus momentos aciagos en los clubes, siempre marca la diferencia con la camiseta nacional. Su vida ha sido llena de momentos dulces y de momentos amargos, de altas y de bajas; pero ‘Teo’ siempre ha sabido eludir los obstáculos -incluso las balas- para resurgir desde lo más hondo, para renacer de las cenizas.

Su natal Colombia es en sí un país de contrastes. Recientemente declarada la tercera economía latinoamericana según su PIB (únicamente superado por el de México y Brasil), el país cafetero debe lidiar diariamente con inequidades e injusticias sociales. Cada una de sus ciudades capitales expone proporcionalmente las mismas condiciones: desarrollo, pujanza, opulencia y desigualdad. Así, en el barrio ‘La Chinita’ de la prometedora Barranquilla, se estima que los niños claudican ante el consumo de estupefacientes desde antes de los 10 años. Las bandas delictivas, denominadas “combos” o “pandillas”, abundan en las esquinas del caserío que ha crecido a raíz de los asentamientos de personas desplazadas por la violencia de las áreas rurales. Balas, muertes, robos, asaltos y persecuciones policiales acompañan el amanecer de cada día.

En medio de ese turbulento ambiente nació Teófilo Gutiérrez, capaz de ascender a las nubes para luego estrellarse con la tierra, pero capaz también de renacer y recuperarse. Gracias a su padre, con quien comparte su nombre, prefirió la pelota antes que el dinero fácil que ofrecían las actividades delictivas. Incluso cuenta el propio padre que “Teo prefería el balón antes que la teta” de manera jocosa. El primer regalo para su hijo fue una pelota de fútbol y un uniforme de su amado Junior de Barranquilla, siete veces campeón del fútbol colombiano.

Franklin Ramírez era quien se encargaba en esa época de buscar talentos entre los jóvenes de escasos recursos para el Barranquilla F.C., hermano menor del Junior fundado en el año 2005. Uno de ellos fue Teófilo Gutiérrez, quien en su primera temporada, con 21 años de edad, y actuando como volante de creación marcó 16 goles en los 40 juegos disputados para “El Kinder del Junior”. Inmediatamente llamó la atención de sus benefactores, que se hicieron con su ficha para el año 2007. Su explosión fue paulatina, progresiva: en su primera temporada como “Tiburón” marcó un solo gol en 11 encuentros disputados; en la segunda, 11 goles en 20 partidos; y en la tercera, la de su consagración, marcó 30 goles en 44 partidos jugados. Nacía un goleador, su nombre figuraba cada fin de semana entre los anotadores de la jornada y entre los candidatos para emigrar del país.

En Turquía fue pescado finalmente el delantero. El Tranzonspor se aseguró sus servicios y le representó a ‘Teo’ una decepción que todavía recuerda: batalló para poder disputar 14 partidos en toda la temporada, en la que no marcó ni un solo gol. Luego, durante la pretemporada que antecedía el inicio de la siguiente Superliga turca, ‘Teo’ regresó a Barranquilla aduciendo problemas de estrés y ansiedad por estar lejos de casa. Mientras en Trabzon lo pedían de vuelta, incluso llevando su caso ante la FIFA, ‘Teo’ ayudaba con el negocio casero de empanadas que tenía su abuela. Finalmente debió regresar a su club, que frustró un posible traspaso del delantero al Liverpool inglés, y como consuelo disputó nueve partidos con el saldo de ocho goles anotados y la conquista de la Copa y la Supercopa de ese país euro-asiático.

Aún con problemas y su expediente abierto ante la FIFA, Gutiérrez pudo fichar por Racing Club. Llegaba devaluado y sin mucho nombre a tierras gauchas, pero su talento siempre ha sido innegable. En su debut, marcó por duplicado ante San Lorenzo de Almagro…’Teo’ iba tras un nuevo renacer. Se afianzó entre los titulares de “La Academia”  y se convirtió en un delantero respetado por todos. Su carácter, a veces, le juega malas pasadas. Durante un entrenamiento con el equipo de Avellaneda Teófilo se fue a los golpes con Mauro Dobler, arquero suplente del plantel. Posteriormente, por motivos nunca esclarecidos, se dice que amenazó con un arma de fuego al portero titular Sebastián Saja y a varios de sus compañeros en el vestuario luego del clásico contra Independiente, del que salió expulsado de forma infantil. También acusó discriminación por su raza y se comparó con Lionel Messi cuando afirmó que “los buenos jugadores juegan siempre de titulares, si Messi llega tarde a un partido con Argentina no solo va de titular sino que también le dan el brazalete de capitán” para defenderse el día que no acudió a varios entrenamientos previos al partido contra Boca. Más allá de lo extradeportivo, sus 22 goles en 41 partidos disputados avalan su primera experiencia en Argentina.

Fue contratado por Lanús exclusivamente para jugar la Copa Libertadores de 2012, pues no podía disputar con dos equipos el torneo argentino. Jugó un par de partidos y anotó un gol antes de viajar de regreso al Junior para terminar de jugar el segundo semestre de ese año y alejarse del torbellino de críticas, amenazas y escándalos que suscitó en Buenos Aires. En ese paso fugaz por su casa disputó 18 juegos del torneo colombiano, anotó 5 goles y fue uno de los futbolistas mejor pagados del fútbol cafetero percibiendo 50.000 dólares mensuales.

Su pobre rendimiento y su ambición lo llevaron a buscar nuevamente el éxito en el exterior. La “Máquina Cementera” de Cruz Azul fue su destino. Criticado por su desempeño y loado por sus goles, ‘Teo’ fue subcampeón del fútbol mexicano y marcó en total nueve goles en sus 28 partidos jugados en la primera mitad del año 2013. Pero luego, durante sus vacaciones, empezó el coqueteo con el club de Núñez cuando se conoció un supuesto interés de River Plate por contratar al ariete colombiano. Teófilo presionó tanto por forzar su precoz salida del equipo mexicano que fue tildado de 'mercenario', 'traidor', 'basura' y 'poca cosa' por los hinchas aztecas. Cuando ya se encontraba incluso entrenando en Buenos Aires, Cruz Azul continuaba reclamando su continuidad, retrasando el envío del famoso “transfer” y amenazando con acusarlo, nuevamente, ante la FIFA.  

Al final, la novela tuvo un final feliz. ‘Teo’ fue habilitado para jugar definitivamente con River Plate en donde acumula hasta el momento tres goles en 16 actuaciones. Ahora, luego de la pretemporada y de su anotación ante Boca, ‘Teo’ buscará reafirmar el buen momento de su equipo con el inicio del campeonato y confirmar que como el ave mitológica, está listo para un nuevo comienzo